Tal como sucede cada año, los Robogames se dieron cita en San Francisco. Se trata de una competencia muy particular de robots de distintas categorías, a la que concurren competidores de más de una veintena de países. Ingenieros, técnicos, estudiantes y aficionados compiten con sus mejores desarrollos y aspiran al oro. Si creías que los robots eran tontos mecanismos controlados remotamente, te invitamos a descubrir imágenes increíbles de la edición 2009 de Robogames.
Una espectacular competencia que abarca aproximadamente 70 eventos “deportivos” se dio lugar este fin de semana en la mencionada ciudad estadounidense. Entre los animadores que participaron se encuentran desde humanoides que juegan golf, pasando por perros futbolistas y hasta descarnados combatientes que terminan destrozados por completo. Sin duda alguna, las cruentas batallas son las que acaparan la atención de la mayoría de los visitantes quienes se reúnen alrededor de la “arena olímpica” en una suerte de estadio preparado especialmente para el evento.
Una gruesa pared acrílica protege a los espectadores, mientras grandes y niños se deleitan viendo a los contrincantes batirse a un duelo que siempre termina con la destrucción del rival. Es el final obligado que resulta de una pelea de las características que brindan estos colosos engendros electromecánicos.
En el primer día de competencia se pudo apreciar a un robot luchador que acaparó la atención y simpatía de los presentes. Se trataba de un medio barril de cerveza que poseía un lanzallamas y una fuerza titánica que tornaba muy áspera la competencia con él. También se hicieron presentes algunos robots con las clásicas calabazas de Halloween, a los que su aspecto simpático no les favoreció en absoluto. Observa las siguientes imágenes y seguro opinarás lo mismo.
Ya en el segundo día de competencia, Ziggy (del grupo tecnológico Nuvation), quien ya acumula cinco medallas doradas en lucha, comenzó a hacer de las suyas, mientras los robots SUMO competían en ámbitos y escenarios no tan destructores y mucho más estratégicos. Los robots SUMO se destacan en muchas categorías (regidas por tamaño y peso), y su duelo se basa en empujarse mutuamente hasta que uno de los contrincantes es empujado fuera del círculo de competencia.
"Lo más especial de los Robogames es que cualquiera puede competir", dijo Simone Davalos, coorganizadora y vocera del evento. "Tenemos algunas pruebas restringidas a ciertos grupos o universidades, pero en general damos la bienvenida a todos los competidores".
La organización está especialmente orgullosa del alto número de mujeres que compitieron en esta edición con sus propios robots: cerca del 35%, una cifra muy prometedora para vislumbrar un futuro muy plural en la actividad electrónica en general y, por supuesto, en el ámbito de las competencias de robots.
Sí, claro, el barril de cerveza que escupía fuego sin cesar seguía allí el segundo día, mientras se podían ver otras actividades más tranquilas, como el hockey y el golf.
En la mañana del viernes, los organizadores y los participantes realizaban los últimos preparativos en el recinto de los juegos, ajustando tornillos e insertando microprocesadores entre toneladas de cables y androides a medio ensamblar. Toda una maravilla visual y un despliegue tecnológico digno de admirar. Seguramente, en Robogames 2010 estaremos con NeoTeo cubriendo el evento y aportando al instante las novedades de esta competencia que reúne a competidores de toda América.
Uno de los equipos que llevó muchas aspiraciones de victoria a San Francisco fue el equipo Upita IPN México, del Instituto Politécnico Nacional Mexicano. "Esperamos ganar un mínimo de seis medallas", aseguraron con optimismo mientras ultimaban los detalles en los 48 robots que llevaron para competir en diversas categorías.
Pequeños escaladores, vehículos apaga-incendios y humanoides enfrentados en competencias de Kung-Fu dieron color al tercer día de competencias donde, por supuesto, ¿quién estaba allí?: el barril de cerveza que no tuvo fortuna en la jornada frente a las habilidades inobjetables de Ziggy, quien lo puso fuera de combate de manera categórica haciéndolo volar por el aire fuera de la arena olímpica.
Frente a los 150 kilos de Ziggy, la mayoría de los robots que circulaban por el recinto de los juegos eran androides de pequeño tamaño como Tink, un robot de la Farrell Robotics, que puede ser controlado con un teléfono móvil equipado con Bluetooth y listo para competir en la disciplina de peso ligero. Acompañado de otros robots de origen indio y americano, con aspecto de "Transformers", Tink demostraba al público su capacidad para caminar, ponerse de rodillas, incorporarse y hasta bailar o algo parecido, hasta que se cayó al suelo. "Tink está cansado", aseguró uno de los miembros del equipo Farrell Robotics, llevándose a su deportista estrella.