Con cientos de participantes provenientes de 47 países diferentes, las cinco categorías generales de la RoboCup 2015 han completado sus encuentros, y el mundo robótico coronó a sus nuevos campeones mundiales de fútbol. Organizada desde el año 1997, la RoboCup utiliza plataformas comunes a las que cada equipo debe programar en un intento por extraer el mayor rendimiento posible de sus jugadores, y obtener ventajas en velocidad y precisión.
En ocasiones previas los hemos visto pelear, y sin duda alguna esperamos por el titánico super-combate entre Kuratas y MegaBot. Sin embargo, los robots también juegan al fútbol. A decir verdad, lo han hecho por casi veinte años, e incluso tienen su propia copa del mundo. La edición 2015 de la RoboCup trasladó la competencia a Hefei, capital de la provincia de Anhui en China. 300 equipos de 47 países diferentes midieron sus habilidades de programación y estrategia en cinco categorías generales, que varían según el tipo y tamaño de los robots involucrados.
En la categoría de tamaño medio humanoide, la final se disputó entre el equipo local Water perteneciente a la Universidad de Tecnología y Ciencias de la Información de Beijing, y Tech United Eindhoven, de la Universidad Tecnológica de Eindhoven. En el vídeo superior pueden apreciar un resumen del encuentro (con audio en alemán, me temo) donde Water se alzó con la victoria por un marcador de 4 a 1. El tamaño medio de los robots se caracteriza por disparos de media distancia, y movimientos cortos muy llamativos. En el caso de la competencia en tamaño adulto humanoide, el equipo estadounidense THORwln venció por 5 a 4 al conjunto iraní Baset. El otro resultado para destacar es de la Plataforma Estándar, que utiliza como base a los robots de Aldebaran Robotics. En esa liga, el equipo australiano de la Universidad de Nueva Gales del Sur derrotó a B-Human de Alemania por 3 a 1.
Nadie duda de que los robots aún están a décadas enteras de ocupar un campo de fútbol real y rendir como lo hacen los profesionales, pero a una escala mucho más pequeña, los encuentros están ganando entusiasmo y velocidad. De acuerdo al equipo australiano, este último elemento fue la clave para derrotar a sus rivales. Si las optimizaciones en el código le permiten a los robots llegar antes al balón, tendrán más posibilidades de enviarlo al fondo de la red. La edición 2016 se mudará a Leipzig. Estaremos esperando.