Al igual que sucedió con el concepto de «IBM PC», el MS-DOS logró traer estabilidad y compatibilidad al mundo informático, pero nadie niega que algunas de sus limitaciones eran muy importantes… comenzando por la interfaz. Muchas compañías trataron de cubrir ese vacío con el desarrollo de administradores de archivos, y si hay que colocar a uno por arriba del resto, definitivamente se trata del Norton Commander, que inspiró (y aún inspira) a docenas de clones.
Entrar al mundo de la informática en los años ’80 no era un proceso tan sencillo que digamos. De hecho, avanzar de los denominados «sistemas hogareños» a clones de IBM PC compatibles demandaba un ritual no del todo apto para principiantes, debido a los manuales (¡con cientos de páginas!) que acompañaban a algunos equipos nuevos, y a la interfaz natural del MS-DOS. No estoy exagerando: Todo lo que ofrecía el PC promedio en materia de textos y gráficos, era esto:
Uno de los grandes desafíos que debieron enfrentar las compañías de aquella época fue la construcción de puentes, rutas, mecanismos para acercar a los usuarios y sus ordenadores. Eso dio lugar a tutoriales interactivos, layouts con atajos para colocar sobre los teclados, y por supuesto, software dedicado.
Los administradores de archivos se convirtieron rápidamente en una pieza fundamental del rompecabezas. Uno de los primeros ejemplos fue el PathMinder de Westlake Data Corporation que llegó a las estanterías en septiembre de 1984, pero dos años más tarde debutó al que muchos usuarios coronaron como el administrador de archivos definitivo: Norton Commander.
Norton Commander: Un «volante» para el MS-DOS
A pesar de lo que su nombre sugiere, Norton Commander es una creación del desarrollador John Socha, quien hoy forma parte de Microsoft como arquitecto principal de software. Originalmente se llamaba VDOS (Visual DOS), y sus versiones preliminares estaban hechas en assembler, pero el propio Socha admitió que eso consumía demasiado tiempo, y finalmente se inclinó en favor de una mezcla entre assembler y C. Más tarde se unió a Peter Norton Computing como director de investigación y desarrollo, y VDOS se transformó en Norton Commander para su primera versión pública.
Al abrir el Norton Commander por primera vez, es probable que muchos usuarios encuentren dos barras adicionales de comandos sin información extra, pero al presionar Ctrl+F1 y Ctrl+F2 se activan los dos icónicos paneles que dividen la pantalla a la mitad, Left y Right. Cada uno de estos paneles puede presentar diferentes niveles de detalle sobre los archivos y directorios almacenados. Brief es una lista del contenido, Full subdivide al panel en nombre, tamaño, fecha y hora, Wide elimina la columna de la hora, Tree genera un árbol con todos los directorios y subdirectorios en la unidad, y Quick View activa una vista rápida de lo que guarda cada archivo.
El menú Files nos enseña una lista con los principales comandos asociados a las teclas de función. Los más destacados se extienden de F3 a F8: F3 y F4 son visualización y edición de archivos respectivamente (sí, puedes editar archivos de texto desde el interior de Norton Commander), F5 y F6 se encargan de copiar y mover, F7 crea nuevos directorios, y F8 sirve para borrar. F9 es el Pull Down que activa el menú superior, y F10 es Quit, que nos lleva de regreso al shell original. Para cambiar la unidad de disco representada en cada panel, los atajos son Alt+F1 (Left) y Alt+F2 (Right).
Ahora, llamar al Norton Commander un «simple administrador de archivos» sería caer en un grave error. El programa incluye recursos para copiar y formatear diskettes, cambiar las etiquetas de disco y limpiar unidades (MUY importante si cuentas la capacidad del disco duro en megabytes), un identificador de hardware, un emulador de terminal para conectarse a los viejos BBS, un modo EGA de 50 líneas, y algo en verdad esencial: Soporte Link para transferir archivos entre dos ordenadores usando puertos COM y LPT. La velocidad de transferencia era espantosa, pero su alternativa nos regresaba a los diskettes. Norton Commander no sólo nos dio razones de sobra para no bajar nunca al DOS estándar, sino que también protegió nuestra salud mental.
«¿Y si lo quiero en Windows?»
El desarrollo del Norton Commander para MS-DOS se extendió hasta julio de 1998 con el lanzamiento de la edición final 5.51, mejorando su compatibilidad bajo Windows (el llamado Norton Commander for Windows terminó su aventura en la versión 2.01) y sumando soporte de nombres largos, pero para ese entonces Microsoft ya había conquistado todo a su paso.
Sin embargo, el Norton Commander ha sido (y aún es) uno de los programas más clonados del mundo. Volkov Commander debutó en el ’92, y Miguel de Icaza creó al fabuloso Midnight Commander para Linux en 1994 (con ports para Windows y actualizaciones recientes). Si prefieres clones aún más avanzados, puedo nombrar tres que definitivamente merecen tu atención: Total Commander, shareware con soporte para plugins y una variante Android, Double Commander del cual hablé recientemente, y el Multi Commander, recomendado por nuestros propios lectores. ¡Haz la prueba!