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Retroinformática: Osborne 1 (1981)

El 3 de abril de 1981 llegaba a las tiendas el primer ordenador portátil de la historia. Con sus 11 kilogramos de peso y sin la posibilidad de funcionar desconectado de la red eléctrica, el Osborne 1 inauguraba una era en la que los ordenadores dejaban de ser máquinas atadas a un escritorio. Fabricado por Osborne Computer Corporation en San Francisco, sólo sobrevivió en el mercado unos cuantos meses. Pero la idea de su creador –Adam Osborne– inspiró a muchas otras empresas, que en el transcurso de la década inundaron el mundo con ordenadores móviles. Hoy vamos a contarte todo sobre el primer -y gigantesco- ordenador portátil del mundo.

Adam Osborne, un programador y emprendedor nacido en Bangkok el 6 de marzo de 1939 y criado en Inglaterra, fue el hombre que tuvo la idea de convertir los ordenadores en algo que uno pudiese transportar consigo. Estudió en Warwickshire y más tarde, en 1961, obtuvo un título de ingeniero en química en la Universidad Birmingham. Ese mismo año, siguiendo los dictados de su corazón (y los pasos de su novia), se mudó a los Estados Unidos, donde continúo sus estudios y en 1968 obtuvo un doctorado en ingeniería química de la Universidad de Delawere. Para escribir buena parte de su tesis doctoral Adam utilizó ordenadores y seguramente esa experiencia dejo una huella en su persona, que más tarde lo llevaría a interesarse en el desarrollo de estas máquinas.

El 3 de abril de 1981 llegaba a las tiendas el primer ordenador portátil de la historia.

Luego de probar suerte en varios empleos en empresas de la talla de M. W. Kellogg o la Shell Oil (donde realizaba modelos matemáticos por ordenador), Osborne decidió formar su propia compañía. Así fue como en 1971 nació la Osborne and Associates.  Al poco tiempo la empresa de Adam consiguió un contrato con una compañía de microcomputadoras de California llamada General Automation, para la que debía escribir una serie de manuales sobre  el nuevo microprocesador de Intel. Aunque esta relación duró poco tiempo, sirvió a la Osborne and Associates para crecer y hacerse conocida. Osborne escribió un libro titulado “The Value of Power” (“El Valor del Poder”), que luego de ser ampliado y corregido se transformó en “An Introduction to Microcomputers” (“Una introducción a los microordenadores”). Fue incapaz de conseguir una editorial que se interesase en el libro, por lo que decidió publicarlo el mismo.

Osborne 1, con pantalla de 5 pulgadas.

Osborne regaló innumerables ejemplares de su libro. Acostumbraba a llevar consigo varios ejemplares, y a recorrer las reuniones que tenían lugar en los clubes de aficionados a la informática. En una de ellas conoció a Bruce Van Natta, de la empresa IMSAI (si, la que fabricaba el IMSAI 8080), a quien regaló uno de sus libros. Van Natta quedó impresionado con el texto, y decidió incluir un ejemplar junto a cada ordenador que entregase, lo que permitió a la Osborne and Associates vender más de 300,000 ejemplares. Con el dinero obtenido, Osborne fundó su propia editorial y a lo largo de cinco años publicó unos 40 libros relacionados con la informática, doce de los cuales fueron redactados por el propio Osborne. En 1979 vendió su empresa a la McGraw-Hill, obteniendo entre 3 y 10 millones de dólares (la cifra exacta nunca fue revelada). Osborne, que escribía columnas regulares en revistas como Interface Age e InfoWorld, estaba convencido de que un ordenador capaz de ser transportado con facilidad sería muy bien recibido por el mercado. Aunque hoy parezca una obviedad, se trataba de un concepto en el que ningún fabricante de ordenadores había pensado. 

Decidido a convertir su idea en un producto comercial, Osborne contactó en marzo de 1980 a Lee Felsenstein, quien era conocido por haber diseñado el ordenador SOL y otras muchas piezas de hardware. Felsenstein estaba sin empleo, y rápidamente comenzó a diseñar el ordenador que Osborne había imaginado. La base del mismo sería –como en tanto otros ordenadores de esa décadael microprocesador Z80 de Zilog. Corriendo a 4 MHz, este chip proporcionaría la potencia necesaria para que la nueva máquina fuese capaz de ejecutar aplicaciones complejas. Osborne fijó a Felsenstein varios objetivos, que debían respetarse durante el desarrollo. El nuevo ordenador debía entrar en el asiento de un avión, contar con no más de 40 tornillos, ser resistente a los golpes, disponer de una pantalla con al menos 40 columnas de texto y costar menos de mil dólares. Felsenstein hizo un excelente trabajo, y consiguió respetar (y en varios casos superar) los dictados de Osborne. Sólo se excedió en el coste pedido.
El primer ordenador portátil

El ordenador fue bautizado como “Osborne 1” y pesaba 10.7 kilogramos. Era “portatil”, es decir, podía llevarse de un lado a otro pero solo funcionaba cuando estaba conectado a la red eléctrica, por lo que no era el equivalente de una “notebook” actual. Su pantalla, de solo cinco pulgadas de diagonal, desplegaba 25 lineas con 52 columnas de texto. Pero solo era una “ventana” sobre la que el usuario podía desplazarse a gusto mediante unas teclas especiales, consiguiendo escribir en realidad lineas de 80 columnas. Disponía de 64KB de RAM y era capaz de correr el sistema operativo CP/M, lo que lo habilitaba a ejecutar la mayoría de los paquetes de software disponibles comercialmente en aquella época. Dentro de la caja, de la que el teclado hacia las veces de tapa, se encontraban dos unidades de disquetes de 5.25 pulgadas y 184 KB de capacidad, un puerto RS-232 y otro IEEE488. Se entregaba con un un paquete de software que incluía el lenguaje de programación BASIC de Microsoft, el procesador de textos Wordstar, la hoja de cálculo SuperCalc, un programa para mensajería electrónica llamado MailMerge y el súper popular gestor de bases de datos dBase II.

Osborne Vixen. Nunca llegó al público.
El ordenador llegó a las tiendas en 3 de abril de 1981, y se vendía en $1,795 dólares. No era un precio tan alto como puede parecer, ya que el software incluido costaba (si uno compraba todos los paquetes por separado) más de dos mil dólares. Algunos bromeaban diciendo que Osborne vendía software y regalaba un ordenador. A pesar de su tamaño -32.5 x 50 x 36.5 centímetros- y su peso, el ordenador de Adam Osborne es considerado el primer ordenador portátil de la historia, y los analistas coinciden en que su lanzamiento cambió el mercado de los ordenadores personales para siempre. Se vendieron unos 10 mil ordenadores por mes, y Osborne embolsó más de 75 millones de dólares sólo durante el primer bimestre. La empresa comenzó a cotizar en la bolsa de valores, y tanto Osborne como Felsenstein se convirtieron en millonarios. En 1982 Adam abandonó la dirección de la empresa, que ya contaba con más de 500 empleados.

Como era de esperar, Osborne anunció un nuevo modelo de ordenador destinado a reemplazar al Osborne 1. Denominado “Osborne  Executive”, tendría más memoria y una pantalla más grande. Su costo sería de 1,995 dólares, aunque el usuario podría comprar otro modelo, llamado “ Osborne Vixen”, que con una pantalla de 5 pulgadas costaría sólo 1,495 dólares. Los nuevos ordenadores deberían llegar a las tiendas en febrero de 1983, pero como suele ocurrir en la industria informática, los plazos se dilataron y comenzó la caída de Osborne. Primero los potenciales clientes dejaron de comprar el Osborne 1, ya que esperaban comprar alguno de los otros modelos que eran más convenientes. Luego se supo que el modelo Executive costaría en realidad 2,495 dólares (500 más que el precio anunciado), y para terminar de enterrar el negocio, surgieron dificultades técnicas que retrasaron aún más la producción de los nuevos modelos. Para tener una idea de la magnitud del desastre basta con mencionar que en febrero de 1983 se vendieron 10 mil unidades del Osborne 1 y sólo tres meses más tarde, en abril, se vendieron nada más que 100. 

Osborne Executive

Osborne anunció que el modelo Executive sería lanzado en mayo y que Vixen no sería comercializado. La cotización de las acciones de la empresa comenzó a caer, y aunque se rebajó el precio de la Osborne 1 hasta los 1,295 dólares -en algunos sitios se la podía comprar por sólo 800 dólares- la empresa tuvo que declarase en bancarrota. En septiembre de 1983, dos años y medio después de haber revolucionado el mundo de la informática, la Osborne Computer Corporation desapareció. El Osborne 1 fue distribuido en España por Investronica, la misma empresa que comercializaba los ordenadores Sinclair y Atari. Adam Osborne murió en marzo de 2003, en India, a los 64 años de edad.

Escrito por Ariel Palazzesi

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