Casi al mismo tiempo que Adam Osborne presentaba al mundo el que hoy se considera el primer ordenador portátil del mundo, la empresa Grid ponía a la venta el modelo Compass 1100, que a pesar de haber sido diseñado en 1979 llegó a las tiendas recién en 1982. Incluía un microprocesador Intel 8086, una pantalla electroluminiscente de 320 x 200 píxeles y un sistema operativo propio llamado GRID-OS grabado en su ROM. Pesaba algo menos de 5 kilogramos gracias a la utilización de una aleación de magnesio en la construcción de su carcasa, y por unos 10 mil dólares de la época podías presumir de tener el mismo equipo que la NASA utilizó en esa década a bordo del transbordador espacial.
Desde que se inventaron los circuitos integrados, especialmente el microprocesador, la industria buscó la forma de construir ordenadores cada vez mas pequeños. Monstruos de 30 metros de largo capaces de devorar la misma cantidad de energía que consumía una ciudad pequeña ya no eran viables, y el mundo se encaminaba hacia lo que luego llamaríamos “el ordenador personal”. A fines de la década de 1970, no mucho después de que el Altair 8800 permitiese a miles de aficionados incursionar en la informática desde su casa y utilizando su propio ordenador, el ingeniero británico Bill Moggridge desarrolló el que para algunos es el primer ordenador portátil del mundo. Ya hemos visto que ese título corresponde al Osborne 1 de 1981, pero eso ocurrío gracias a que Moggridge no puso a la venta su invento hasta 1982.
El ordenador de Moggridge se llamó Compass 1100 y fue comercializado por la empresa Grid. Su aspecto era mucho más parecido al de los ordenadores portátiles modernos, ya que en lugar de mostrar las imágenes en un tubo de rayos catódicos o utilizar un teclado separado, empleaba una pantalla electroluminiscente plana, no muy diferente a un LCD moderno. El teclado, al igual que ocurre en la actualidad, formaba parte de la carcasa de la máquina y la pantalla se cerraba sobre ella. De hecho, este tipo de disposición, que a menudo se denomina en ingles “clamshell”, es la que se utiliza en notebooks y netbooks hoy día. El Grid Compass 1100 pesaba unos 5 kilogramos, un peso más que importante para los estándares actuales pero sumamente ajustado para la época ya que, por ejemplo, el Osborne 1 pesaba más del doble. Esto era posible gracias que se había cuidado especialmente ese detalle y su carcasa se había construido utilizando una aleación de magnesio muy ligera.
En cuanto a las características de su hardware, hay que destacar que la máquina se había diseñado alrededor de un microprocesador Intel 8086 de 16 bits, el “hermano mayor” del Intel 8088 que en 1981 IBM utilizaría en su IBM PC. La pantalla, pieza fundamental en el diseño de este ordenador, era un modelo plano electroluminiscente (ELD) capaz de desplegar 320 x 200 pixeles, una resolución que para la época era lo suficientemente alta y satisfactoria para la mayoría de los usuarios. Las imágenes eran de color ámbar sobre negro, y en modo texto se podían alcanzar resoluciones de 25 filas por 80 columnas. La memoria del equipo era de unos impresionantes 340KB (recordemos que el IBM PC tenía entre 64KB y 256KB), pero no era del tipo que utilizamos actualmente. En efecto, cuando este ordenador fue diseñado la industria había comenzado a utilizar un tipo de memoria denominada “memoria de burbuja magnética”, no volátil, que emplea una película de material magnético de pequeño espesor en la que pequeñas zonas magnetizadas (“burbujas”) almacenan un bit de datos. Desde el punto de vista práctico, este tipo de memoria es similar a las flash actuales, permitiendo a la Compass 1100 mantener sus datos en memoria aún cuando se apagaba el equipo.
Las comunicaciones con otros ordenadores y periféricos se resolvían a través de un módem interno de 1200 baudios y de un puerto serie que diponía de un conector externo de 19 pines. Era posible conectar unidades de almacenamiento externas como disqueteras o discos duros mediante un bus GPIB (utilizado también en ordenadores como el HP-150), en forma de “cadena”, permitiendo la convivencia de varias unidades “enganchadas” a un solo puerto. Mientras se desarrollaba la máquina se escribió especialmente para ella un sistema operativo llamado GRID-OS, que mientras que el equipo se mantuvo en el mercado fue actualizado sucesivamente hasta alcanzar la versión 3.1. Al igual que ocurriría en muchas máquinas de la época, el SO se encontraba en la ROM del equipo. A diferencia de otros SO como MS-DOS o QDOS, el sistema del Compass 1100 estaba basado en menús y no había una “linea de comandos” en la que se pudiesen ingresar órdenes. Los archivos, tal como ocurre en los sistemas operativos modernos, estaban ligados a una aplicación en particular, de modo que si el usuario seleccionaba un documento de texto, el sistema automáticamente lo abría utilizando el procesador GRIDWrite. Los ejecutables eran lanzados al seleccionarlos, y el usuario podía gestionar sus archivos -borrarlos, cambiar su nombre, moverlos, etcétera- mediante una aplicación específica llamada GRIDManager. Obviamente, los programas que podían ejecutarse en este ordenador debían ser escritos especialmente para su sistema operativo, por lo que la oferta de software era bastante limitada.
Pero todas estas características tienen un precio, y en el caso del Compass 1100 era bastante alto. El ordenador costaba -según su configuración- entre 8 y 10 mil dólares. Uno de los principales clientes de Grid fue el gobierno de los Estados Unidos, que compró miles de ellos. Algunos fueron para que la NASA, para que la agencia pudiese utilizarlos en sus misiones (de hecho existe una fotografía en la que puede verse al astronauta John Creighton a bordo del Discovery con este ordenador mostrando una imagen de Mr. Spock que ya se ha convertido en un icono) convirtiéndose en el primer ordenador portátil que viajó al espacio. El resto de los equipos fueron a parar a manos de los militares de ese país, que aprovecharon su poco peso y prestaciones para convertirlo en parte del equipo que utilizaban los paracaidistas en combate. Es posible que el mundo haya convertido en un éxito al Osborne 1 y prácticamente olvidado al Compass 1100 culpa del sistema operativo de este último. En efecto, aunque que el hardware diseñado por Adam Osborne era mucho más limitado permitía ejecutar CP/M, un sistema operativo para el que se habían escrito decenas de miles de aplicaciones.
Aunque el modelo Compass 1101 incluyó más tarde la posibilidad de utilizar MS-DOS 2.0, y en 1988 se puso a la venta el modelo GRiD 1530 equipado con un microprocesador Intel 80386DX, en 1989 Radio Shack compró la compañía y no mucho tiempo después la linea de ordenadores que a pesar de tener las características necesarias para haberse convertido en un éxito comercial desapareció del mercado.