En 1983 Epson incursionó en el mercado de los ordenadores personales capaces de correr CP/M. Lo hizo con el modelo QX-10, un ordenador que estaba basado en el popular microprocesador Z80 y que corría a 4 MHz. Si bien IBM ya había dejado claro en 1981 que el futuro era de la familia “x86” de Intel, Epson supo construir un ordenador potente y versátil utilizando un microprocesador que aún tenia mucho para dar. Existieron versiones con 64KB y con 256KB, e incorporaban la pseudo interfaz gráfica VALDOCS de Rising Star Industries, sistema que hacia posible el uso de un procesador de textos WYSIWYG en el Epson QX-10.
El microprocesador de 8 bits Z80 creado por Zilog había servido para que la informática se convirtiese en algo popular. A fines de la década de 1970 y principios de la siguiente aparecieron en el mercado docenas de equipos que entre sus tripas tenían uno de estos chips, tendencia que se vio acentuada por la posibilidad de intercambiar programas entre ellos gracias al sistema operativo CP/M. Sin embargo, cuando IBM decidió ser parte de ese mercado, eligió como “corazón” de su IBM PC el microprocesador Intel 8088, un chip que era en parte de 8 bits y en parte de 16 bits. El tiempo demostraría que la elección había sido acertada, y más de 30 años después seguimos atados a la plataforma que se diseñó en 1981. Sin embargo, al principio esta superioridad no estaba del todo clara, y muchos fabricantes de microordenadores (como Commodore, Sinclair y los japoneses que impulsaban la norma MSX) seguirían utilizando el Z80 durante varios años más.
Entre los que se decidieron a continuar exprimiendo las excelentes características del Z80 estaban los ingenieros de Epson, que en 1983 pusieron en el mercado un ordenador muy potente basado en lo que para IBM era ya una tecnología del pasado. El ordenador en cuestión fue el Epson QX-10, una máquina de sobremesa que tenia un aspecto más o menos similar al IBM PC pero un interior completamente diferente. El procesador corría a 4 MHz, tenía 7 canales de acceso directo a memoria (DMA) y 15 niveles de interrupción. La memoria RAM básica variaba entre los 64 y 256KB, 32 de los cuales eran dedicados específicamente a la generación del vídeo. Los modelos que se vendían con menos de 256KB podían ser ampliados mediante la simple inserción de los chips de memoria restante en los zócalos respectivos. Entre los puertos de ampliación previstos, situados en la parte trasera de la central de proceso, destacaba la conexión para un lápiz óptico, periférico que permitía seleccionar opciones directamente tocando con él la pantalla, un adminículo que ya no forma parte de los ordenadores modernos.
Era posible conectar una impresora mediante un conector especial de 36 pines y un monitor monocromático de fósforo verde, que se colocaba encima de la central de proceso. También disponía de un puerto paralelo, uno serial (RS-232) y -por supuesto- la conexión para el teclado. La placa base incluía 5 “slots” de expansión, en los que podían insertarse fácilmente placas de circuito impreso desarrolladas específicamente para este ordenador. Entre las más populares se encontraban la que adicionaban otro puerto serial, una placa capaz de manejar un monitor color y un adaptador de interfase IEEE488. El QX-10 era capaz de funcionar como una terminal inteligente, conectándolo mediante uno de los puertos serie a otro ordenador. El sistema de video, gracias a una tarjeta de ampliación dotada de un chip 8039 y una ROM 2716 adicional, podía mostrar caracteres de alta definición (14×17 píxeles cada uno).
El teclado, bastante parecido a lo que hoy utilizamos habitualmente, era de tipo QWERTY y tenía 102 teclas. Epson fabrico 8 versiones diferentes de este teclado, adaptadas a otros tantos idiomas, entre los que se encuentra la versión con “ñ” especifica para el mercado español. A la derecha del mismo se encuentra el keypad numérico, y por encima de la zona alfabética hay una fila con 10 teclas de función. Un pequeño bloque más proporciona las infaltables cuatro teclas para el control de cursor. El subsistema gráfico de ordenador (sin la placa de expansión) permitía desplegar 640 x 400 puntos en pantalla, algo bastante notable para la época. Con esa resolución se podían mostrar cómodamente las clásicas 25 filas de 80 caracteres (de 7×13 puntos) a la que todos los usuarios de ordenadores basados en MS-DOS o CP/M estaban acostumbrados. Existía un modo de “baja resolución” en la que se podía trabajar con caracteres más grandes, con solo 20 filas de 40 caracteres.
Los datos y programas podían almacenarse o leerse desde una doble unidad de discos flexibles -5.25 pulgadas, doble cara, doble densidad- capaz de operar con discos de 320KB cada uno. Estos discos se formateaban con 40 pistas por cara y 16 sectores de 256 Bytes por cada pista, pero como la estructura de directorios y demás requisitos del sistema consumían unos 42KB, el usuaria realmente podía usar unos 278KB por disco. El sistema operativo del Epson QX-10 -una versión mejorada del CP/M 2.2 conocida en España como “MultiFonts CP/M”- se cargaba desde un disquete cuando arrancaba el ordenador. Ocupaba solo 63KB y proporcionaba al usuario tres aplicaciones indispensables: el CCP (Console Command Procesor), el BIOS (Basic I/O System) y el BDOS (Basic Disc Operating System). Entre los lenguajes de programación ofrecidos con el QX-10 se encontraba una version del lenguaje BASIC llamada MF-BASIC, el FORTRAN-80 y el CIS-COBOL.
Entre las aplicaciones que podían utilizarse con el ordenador de Epson se encontraban el procesador de textos WordStar y los gestores de bases de datos Data Star y Dbase II. Este ordenador se vendió bastante bien, sobre todo gracias a las posibilidades que brindaba a sus dueños contar con una versión de CP/M y al respaldo de una marca conocida como Epson. Pero -inevitablemente- el monstruo en que se fue convirtiendo la plataforma IBM/Intel/Microsoft terminó relegando al QX-10 y, a pesar del lanzamiento del más potente QX-16, un ordenador capaz incluso de correr MS-DOS 2.11 que algunos utilizaban junto a una pseudo interfaz gráfica llamada VALDOCS (desarrollada por Rising Star Industries) que les permitía utilizar un procesador de textos WYSIWYG, poniendo -al menos en este aspecto- al Epson QX-10 en la cumbre del tratamiento profesional de textos, fue discontinuado.
Vaya! cuanto hemos avanzado.
Excelente artículo. +1
Muy buen articulo, me fasinan estos temas de tech antigua
Como siempre, muy bueno, gracias
Veo la imagen del Epson QX-10 con los manuales; y pienso lo incomdo que seria trabajar con una interfaz así.
Lo bueno es que hoy estodo gráfico.
Y el logo de EPSON sigue siendo el mismo 😀
Y el logo de EPSON sigue siendo el mismo
Hoy cumplo 35 años de haber adquirido Qx10, luego pase al Equipo 1
¡Felicitaciones, amigo!