Luego de la presentación del IBM PC en 1981, muchos fabricantes vieron que el futuro de los ordenadores de escritorio seguramente quedarían en manos de los microprocesadores “x86” fabricados por Intel. Sin embargo, hasta la fecha buena parte de ellos utilizaban el potente Z80 de Zilog, por lo que cambiar bruscamente de plataforma significaba obligar sus clientes a migrar la totalidad del software que habían comprado en el pasado. Una de las soluciones más interesantes fue la adoptada por DEC en su ordenador Rainbow 100, una potente máquina equipada simultáneamente con un Z80 y un i8088, buses de 8 y 16 bits, y capaz de correr MS-DOS y CP/M.
Los cambios nunca resultan fáciles, más aún cuando se posee una enorme base instalada. Esa fue la disyuntiva a la que se enfrentaron -años más tarde- en Commodore cuando decidieron reemplazar su producto estrella, el Commodore 64. Necesitaban, sobre todo por razones de marketing, superar los últimos lanzamientos de sus competidores diseñando una máquina potente, pero a la vez compatible con los miles de juegos que se habían escrito para la “antigua” C64. Lamentablemente, no era mucho lo que se podía hacer sin dejar de lado la arquitectura original de la máquina exitosa, por lo que al diseñar la Commodore 128 se optó por una especie de híbrido dotado de dos microprocesadores y varios modos de funcionamiento. De esa manera, se podrían seguir utilizando los programas viejos a la vez que se posibilitaba el acceso a tecnologías más modernas. Algo parecido tuvo que enfrentar Digital Equipment Corporation (DEC) en 1982, cuando a raíz del lanzamiento del IBM-PC y el sistema operativo MS-DOS se dieron cuenta que la arquitectura de 8 bits basada en el microprocesador Z80 que empleaban sus equipos de escritorio ya no era competitiva.
La solución propuesta por DEC fue el interesantísimo ordenador llamado Rainbow 100. Era una máquina orientada básicamente a las tareas de gestión para profesionales y empresas pequeñas. Lo que hacia de este ordenador algo tan especial era la configuración dual en su unidad central de proceso, que compartía simultáneamente arquitecturas de 8 y 16 bits. La parte de 8 bits se diseñó alrededor de un microprocesador Z80, de Zilog, mientras que la zona de 16 bits era controlada por un microprocesador Intel 8088. Obviamente, para que todo funcionase correctamente había que hacer algunas concesiones, pero aprovechando las “ventajas” que ofrecía el micro de Intel (que en realidad solo era parcialmente de 16 bits) se decidió utilizar un bus de 8 bits para el sistema de entrada/salida que permitía al Rainbow 100 utilizar los mismos periféricos en ambos modos de funcionamiento.
El ordenador básico disponía de 64KB de memoria RAM, el máximo direccionable por los 8 bits del Z80 sin recurrir a trucos como la paginación de memoria. Esa cantidad podía ampliarse hasta 256KB mediante tarjetas de ampliación enchufables, de 64KB o 192KB cada una, mientras que la ROM interna era de 20KB. Al igual que el IBM PC, el Rainbow disponía de ranuras de ampliación internas, en las que se podían insertar hasta tres placas fabricadas por la empresa. La comunicación con el exterior estaban en manos de un puerto serie RS-232 y un puerto paralelo para conectar una impresora. El teclado, independiente de la unidad central, poseía 103 teclas y no era muy diferente a un teclado actual. Poseía un procesador propio, cuatro LEDs indicadores y un pequeño altavoz que emitía un tono al teclear.
El equipo se podía utilizar con varios monitores diferentes. Las versiones básicas utilizaban un modelo monocromo -disponible con fósforo verde, ámbar o blanco– capaz de mostrar texto en 25 lineas de 80 o 132 caracteres creados a partir de una matriz de 7 x 9 píxeles. Si el presupuesto lo permitía, se podía comprar el monitor color, que agregaba dos modos gráficos. El primero de ellos ponía al alcance del usuario una resolución de 800 x2 40 píxeles en 4 colores, y el segundo 320 x 240 en 16 colores. A la hora de almacenar datos, se podían elegir varias opciones. En el gabinete del equipo había espacio para una o dos unidades de disquetes de 5.25 pulgadas y 400KB, pero se podía cambiar una de ellas por una unidad de disco duro de 5MB. Externamente se podía agregar otro disco duro de las mismas características que el mencionado o una unidad dual de disquetes.
El sistema operativo con el que arrancaba este ordenador era una verdadera rareza. Era la mezcla de dos versiones de CP/M al que DEC denominaba CP/M 86/80 y que gracias a una característica llamada “Softsense” podía determinar si la aplicación a ejecutar era de 8 o 16 bits y proceder en consecuencia. Opcionalmente, se podía arrancar con el mismo MS-DOS de Microsoft que IBM utilizaba en el IBM PC, posibilitando la ejecución de los miles de programas que cada mes se sumaban a esa plataforma. En cuanto a las posibilidades de programación, DEC proporcionaba varios lenguajes de alto nivel, entre los que se destacaban el Mbasic, RM-Cobol, C-Languaje y CIS-Cobol. Obviamente, en el modo MS-DOS se podía utilizar cualquier interprete o compilador existente para ese sistema operativo.
Todas estas características, muchas de ellas muy bien implementadas, no le sirvieron para sobrevivir a la creciente “invasión” de los clones del IBM PC, máquinas que si bien carecían absolutamente de cualquier idea novedosa en su implementación, se fabricaban de a cientos de miles y vendían a un precio mucho más bajo. Inexorablemente, como pasaría con otros tantos ordenadores interesantes, acabó discontinuado y prácticamente olvidado.