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Retroinformática: Commodore VIC-20 (1980)

Commodore había vendido una enorme cantidad de ordenadores PET, y el nombre de la empresa había quedado asociado para siempre al concepto de “ordenador personal”. En abril de 1980, el presidente de Commodore propuso a sus ingenieros el desarrollo de un ordenador que se pudiera vender por menos de 300 dólares, y que aprovechase el exceso de chips de memoria que tenían en sus almacenes. El resultado fue el Commodore VIC-20, un ordenador con forma de panera y 5KB de RAM, que se convertiría en el primer ordenador en vender más de un millón de unidades.

Las ventas del Commodore PET habían superado todas las expectativas de la empresa. El modelo inicial se había convertido en una completa familia y Commodore ya era reconocida como una empresa fabricante de ordenadores. Cada nuevo modelo de PET que se comercializaba ampliaba la cantidad de memoria que se incluía de serie, algo bastante lógico ya que a medida que pasaba el tiempo, los chips de RAM utilizados bajaban de precio y aumentaban su capacidad. En determinado momento, sobre el final de la década de 1970, Commodore se encontró con un enorme número de chips de memoria de 1024×4 bits (la mitad de 1KB) que ya no podía utilizar en sus PET. Así fue como Jack Tramiel, el presidente de Commodore, en abril de 1980 ordenó a sus ingenieros el desarrollo de un ordenador que aprovechase esos chips de poca capacidad y que se pudiese comercializar por menos de 300 dólares.

VIC-20, el primero en vender 1 millón de unidades.

El éxito del Apple II preocupaba a Tramiel, así que había encargado a Chuck Peddle -el “ingeniero estrella” de la empresa, el que había creado el kit KIM-1 cuando MOS Technology aún era una empresa independiente, y luego el Commodore PET, como una versión mas completa del pequeño kit, el diseño de un ordenador capaz de competir con el producto de Apple. La máquina se llamaría TOI (por The Other Intellect) y entre otras cualidades sería capaz de mostrar texto en 80 columnas. Tramiel quería que el prototipo de la nueva máquina estuviese listo para ser presentado en el CES de 1980, pero el chip de vídeo que pensaban utilizar, el MOS 6564, requería de un tipo de memoria (RAM estática, o SRAM) que era demasiado caro por lo que el TOI jamás se materializó. Robert Yannes, de MOS, se enteró de este problema y comentó que junto a Al Charpentier y Charles Winterble habían diseñado un ordenador al que llamaban “MicroPET”. Cuando Tramiel se enteró de esto, supo que ese prototipo era lo necesitaba y encargó a Robert Russell -un ingeniero de Commodore- que coordinara el trabajo para dar vida al nuevo ordenador.

En Alemania se lo comercializó como VC-20, el “Volkscomputer".

El nombre en código del proyecto era Vixen, y no esta vez no se trataría de un modelo “todo en uno” como el PET. Sería una máquina más parecida al Apple II, que utilizaría un televisor como pantalla. Una de las críticas que la gente hacía al PET era su imposibilidad de desplegar gráficos la pantalla, así que el nuevo ordenador utilizaría el VIC (Video Interface Chip), un circuito integrado especializado en la generación de vídeo que MOS/Commodore había diseñado para utilizar en terminales y consolas de videojuegos baratas. El VIC no terminaba de ser aceptado por sus clientes, así que una buena cantidad de ellos dormían en los estantes del almacén de Commodore. Convertir todo ese exceso de piezas en un ordenador barato era, desde todo punto de vista, una excelente idea. El resultado final de esta historia fue el Commodore VIC-20, un pequeño ordenador personal con forma de panera, lanzado en junio de 1980, unos 3 años después del PET. Basado en el microprocesador MOS 6502, era capaz de mostrar texto y gráficos en color, producir sonidos y disponía de un intérprete BASIC en ROM. El ordenador podía comprarse por sólo 299,95 dólares y su nombre se debía al chip de vídeo utilizado. Por razones de marketing en Alemania se lo comercializó como VC-20 (por “Volkscomputer“, un juego de palabras sobre el “Volkswagen“). Los japoneses lo conocieron como VIC-1001.

Cinco KB de RAM eran pocos incluso en 1980. Parte de esa memoria  era compartida con el sistema de video, por lo que el usuario sólo disponía de unos 3.5KB (exactamente 3583 bytes) para sus programas en BASIC. Afortunadamente,la RAM podía ser ampliada mediante cartuchos que se enchufaban en el puerto de expansión previsto para el software en ROM. Commodore ofrecía una “caja de expansión de puertos” que permitía conectar más de un cartucho al mismo tiempo. Esto fue algo tan común que rápidamente aparecieron en el mercado cajas similares fabricadas por otras empresas. Los cartuchos de ampliación de memoria RAM contenían entre 3 y 32KB. Los gráficos del VIC-20, con su resolución de 176*184 píxeles y 8 colores- no eran algo extraordinario, pero junto a la posibilidad de generar sonidos bastante complejos gracias a sus cuatro canales de audio (tres de onda cuadrada, uno de ruido), permitían programar juegos bastante aceptables. Un programador llamado Scott Adams fue contratado de urgencia para crear los primeros cinco cartuchos de juegos del VIC-20, y a pesar de que todos estaban basados en texto, proporcionaron a Commodore ventas por 1.5 millones de dólares.

Commodore VIC-20, el pequeño ordenador personal con forma de panera.

El VIC-20 también fue utilizado como plataforma para varios productos del tipo educativo. Su bajo costo lo hizo accesible a prácticamente cualquier colegio que quisiese tenerlo, así que muchos alumnos de todo el mundo hicieron sus primeros programas en este ordenador. El mas famoso de todos ellos quizás haya sido un joven llamado Linus Torvalds, que más tarde sería muy conocido por ser el “padre” de Linux. Mientras que el PET se vendía generalmente en grandes cantidades a instituciones educativas y pequeñas empresas, el VIC-20 se ofrecía a los usuarios particulares directamente desde los estantes de las jugueterías, grandes almacenes y tiendas de descuento. En muchos casos las revistas especializadas fueron bastante duras con el VIC-20, ya que sus especificaciones técnicas eran inferiores a las de otros ordenadores. Sin embargo, y a pesar de estar codo a codo con las consolas de videojuegos más baratas en los escaparates, consiguió convertirse en un éxito. La campaña publicitaria de Commodore seguramente ayudo mucho, sobre todo aquellas en que su portavoz, al actor William Shatner (el capitán Kirk de Star Trek)  preguntaba “¿Por qué comprar solo un vídeo juego?” en referencia a la capacidad del VIC-20 de ser “programado” por sus usuarios.

La estrategia funcionó tan bien, que el nuevo modelo de Commodore se convirtió en el primer ordenador del que se vendieron mas de un millón de unidades, y fue el más vendido de 1982. Durante los meses de más ventas, se llegaron a fabricar más de 9 mil VIC-20 por día, y en total se comercializaron unos 2,5 millones de unidades. El último VIC-20 se ensambló en enero de 1985 cuando la empresa, a raíz del lanzamiento del Amiga y el C-128 decidió que el Commodore 64 sería su modelo más pequeño. Pero esa es otra historia.

Escrito por Ariel Palazzesi

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