Atari es uno de los nombres que uno asocia automáticamente con la industria de los videojuegos. Durante muchos años esta empresa se mantuvo entre los principales fabricantes de software y hardware dedicado al entretenimiento, pero también se hicieron tiempo para diseñar y comercializar una linea propia de ordenadores personales. Los primeros integrantes de esta familia fueron los Atari 400 y Atari 800, hermosas máquinas de 8 bits que seguramente algún lector de Neoteo tuvo en sus manos.
La empresa Atari, fundada en los Estados Unidos en 1972 por Nolan Bushnell y Ted Dabney, tiene el honor de ser considerada la pionera de la industria del videojuegos, gracias a la creación del mítico PONG allá por 1972. Con el tiempo desarrollaría varias consolas de juegos hogareñas, como la muy popular Atari 2600 o Atari VCS (por Video Computer System o Sistema Informático de Vídeo). Sin embargo, la empresa no se contentó con el éxito arrollador de sus videojuegos, y en los últimos años de la década de 1970 se decidió a incursionar en la naciente industria de los ordenadores personales. El resultado de esta decisión fueron los primeros ordenadores Atari de 8 bits, verdaderas piezas de colección que durante años ayudaron a millones de personas a desenvolverse en el mundo de la informática.
Todo comenzó luego del lanzamiento de la consola de juegos Atari 2600. El equipo de trabajo que la había diseñado -conocido internamente como “Cyan”- se abocó a la tarea de poner a punto una máquina destinada a sucederla. En Atari suponían que la 2600 tendría una “vida comercial” de unos tres años, y quería tener listo un reemplazo para cuando llegase el día de jubilar su producto más exitoso. El nuevo diseño, que corregía varios defectos del original, sería más rápido, tendría mejores gráficos y dispondría de un hardware de sonido mejorado. El vídeo, que en la 2600 estaba a cargo de un chip especializado conocido como “TIA” (Television Interface Adapter), estaría a cargo de una versión más avanzada llamada “CTIA” (Color Television Interface Adapter). Pero tres años son mucho tiempo, y mientras que Atari ganaba fortunas con las ventas de su consola de juegos, el mundo entraba de lleno en la era de los ordenadores personales. Las máquinas de Apple, Commodore y RadioShack se vendían como pan caliente, y lo que era mucho peor, también se podían utilizar para jugar. En Atari no eran tontos, y sabían que estas máquinas podían acabar con el mercado de sus consolas. Así fue como Ray Kassar, CEO de Atari, decidió utilizar el diseño del equipo Cyan para construir un ordenador de 8 bits.
No sería simple convertir este proyecto en un ordenador, pero podría hacerse. Había que agregar un sistema de control de periféricos, un teclado, un lenguaje de programación en ROM y mucho más, pero Atari tenia en su plantilla a la gente adecuada. El equipo Cyan avanzó en el desarrollo de un chip LSI especializado en la visualización de gráficos llamado ANTIC (Alpha-Numeric Television Interface Circuit o Circuito de Interfaz Alfanumérica de Televisión), haría las veces de “coprocesador de video” del nuevo ordenador, procesando secuencia de instrucciones (“display list) que indicaban como y donde debía ser exhibida cada línea de la pantalla. Este chip, junto con el CTIA y el microprocesador MOS 6502 serían el corazón del proyecto. Pero para que un ordenador funcione, hace falta dotarlo de un mecanismo de interacción con el usuario, y de esto se encargaría un tercer circuito integrado llamado POKEY.
El POKEY, también fabricado especialmente para Atari, se encargaba de leer el teclado y controlar el flujo de datos de las comunicaciones seriales. Además, era capaz de generar números al azar y producir sonidos, algo en lo que era especialmente bueno. POKEY podría manejar cuatro canales de audio independientes, de 8 bits cada uno, con sus propios registros para el control de la frecuencia, el volumen y la forma de onda. Estos canales podían operar en parejas, dando lugar a dos canales de audio con una resolución de 16 bits cada uno. Las piezas necesarias para el ordenador de Atari estaban terminadas, solo faltaba construirlo. En este punto, los directivos de Atari decidieron que entrarían en el mercado de los ordenadores personales con dos modelos de diferentes características. Al primero de ellos, una versión de bajo costo y más limitado, se le asignó el nombre en código de Candy. Su objetivo era básicamente el mercado de los juegos o aplicaciones más simples y llevaría un teclado de membrana, no muy diferente al que años más tarde emplearía el Sinclair ZX81. Su posibilidad de expansión se limitaría a unos slots internos, no accesibles por el usuario. Cuando fuese lanzado al mercado, se llamaría “Atari 400”.
El segundo modelo, “Collen”, era bastante más avanzado. Si bien su circuito básico era el mismo, disponía de un teclado “de verdad” y ranuras para expansión mediante cartuchos accesibles desde el exterior del gabinete de la máquina. El mundo conocería a esta máquina como el “Atari 800”. Los nombres se eligieron en función de la cantidad de memoria RAM incluida (4KB en el 400 y 8KB en el 800), aunque la baja en el precio de estos chips hizo que cuando llegasen al mercado, estuviesen equipados con 8KB y 16KB respectivamente. Funcionaban a 1.79 MHz (versión con video NTSC) o a 1.77 MHz (sistema PAL), y aunque Atari había intentado contar con el popular BASIC de Microsoft (de 12KB de extensión), la limitación impuesta por los 8KB de ROM de sus cartuchos impidió que tal objetivo se concretase. Hubo que contratar a una empresa de poco renombre para que escribiese un BASIC desde cero, que ocupase menos de 8KB, al que se llamó -obviamente- ATARI BASIC. Las máquinas se anunciaron a fines de 1978, y llegaron masivamente a las tiendas en 1979, convirtiéndose en productos exitosos, aunque sin lograr desbancar a sus competidores inmediatos.
Los Atari 400/800 eran sólidos. Muy sólidos. Habían sido construidos para superar con éxito las reglas impuestas por la FCC (Federal Communications Commission) para las señales de televisión emitidas al espacio mediante radiofrecuencia, por lo que contaban con un blindaje respetable. Cumplir con estas normas era importante, ya que algunas empresas -como Tandy RadioShack– habían tenido graves problemas con el gobierno debido a su violación. Este fue el motivo que obligó a Atari a utilizar una costosa interfase serial llamada SIO (Serial Input/Output, o Entrada/Salida Serial), propietaria, que le permitía evitar tener que certificar sus equipos en otros apartados de la FCC. Todos los dispositivos externos -unidades de disco, de casetes, etcétera- se conectaban al Atari 400/800 mediante esta interfase.
Poco tiempo después, la constante baja de precios de la RAM permitió a Atari entregar los Atari 800 completamente ampliados, con 48KB de RAM. Como ocurre siempre que un producto de este tipo logra una cantidad de ventas importantes, otras empresas comenzaron a distribuir periféricos más o menos novedosos. A las clásicas expansiones de memoria se sumaron -por ejemplo- las tarjetas capaces de mostrar texto en 80 columnas. No mucho tiempo después, los modelos 400 y 800 serían reemplazados por los XL primero, y los XE mas tarde.