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Resonancias Schumann: El fenómeno real que la Web convirtió en bulo

Ondas alfa, neuronas, y hasta la Tierra girando más rápido son parte del paquete

Resonancias Schumann

Para entender a las resonancias Schumann, no es mala idea imaginar a la Tierra como un circuito eléctrico gigante. Una serie de pulsos electromagnéticos de muy baja frecuencia reverberan entre la ionosfera y la superficie, asociados a los picos de actividad de los relámpagos alrededor del globo. Las resonancias Schumann suelen ser identificadas como «el ritmo cardíaco de la Tierra», y desde cierto punto de vista, eso sirvió para que algunos «creativos» de la Web inventen influencias biológicas, o cambios en la velocidad de rotación planetaria.

Los expertos calculan que a todo momento existen unas 2.000 tormentas eléctricas alrededor del globo, produciendo unos 50 relámpagos por segundo. Cada uno de ellos crea ondas electromagnéticas que comienzan a circular la Tierra dentro de la cavidad resonante formada por la superficie y la parte baja de la ionosfera, a unos 80-100 kilómetros de altura. Algunas de estas ondas poseen la misma longitud de onda (valga la redundancia), lo que les permite combinarse y aumentar su fuerza. El resultado es un «latido» atmosférico comúnmente conocido como resonancias Schumann, en honor al físico alemán Winfried Otto Schumann («transferido» a los Estados Unidos bajo la Operación Paperclip) que las predijo en 1952.


La actividad electromagnética de la Tierra es impresionante, y las resonancias Schumann surgen de ella. En la imagen, una tormenta eléctrica en Bolivia, capturada desde la Estación Espacial Internacional.

Los picos de actividad para los relámpagos son tres: Uno en África, otro en América del Sur, y el restante en el Sudeste Asiático, manifestándose aproximadamente a las 09, 14 y 20 horas (UTC) de cada día, con cambios en el tiempo y la amplitud durante todo el año. La NASA explica que las resonancias son una herramienta muy útil para medir diferentes aspectos del clima terrestre, incluyendo su entorno eléctrico, y la identificación de átomos y moléculas presentes en la atmósfera. Sin embargo, la idea de un ritmo cardíaco de la Tierra fue irresistible para algunas personas que insisten en propagar pseudociencia.


Meditación, energías cósmicas, sincronización neuronal, ascensión espiritual, contacto con extraterrestres… las resonancias Schumann quedaron atrapadas en eso

Uno de los ejemplos más recurrentes es el de las ondas alfa. En primer lugar, indican que la frecuencia de las ondas alfa y las resonancias Schumann es idéntica, en el orden de los 7.8 Hz, cuando en realidad no es así (ambas son variables). Y en segundo lugar, que están relacionadas con la sincronización de las neuronas, dando a las resonancias Schumann un rol biológico fundamental para la vida en la Tierra. Otro bulo importante estuvo a cargo del autor Gregg Braden, quien en el año 2008 dijo que las resonancias habían pasado de 7.8 Hz a 12 Hz en los últimos treinta años, y al aplicar la regla de tres inversa, concluyó que esos 12 Hz eran «equivalentes» a un día de 15.6 horas, por lo tanto, la Tierra estaba girando más rápido. En lo personal, sólo diré que necesito un día con más horas, no menos…


Fuente: NASA


Escrito por Lisandro Pardo

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