Algunos títulos de muy alto perfil lograron ofrecer a los jugadores regiones tan grandes que se hace muy complicado explorarlas por completo, pero de acuerdo a los responsables de ReROLL, no son más que representaciones. La idea detrás de este nuevo juego de rol es reproducir al planeta Tierra en escala real, y convertirlo en el “nivel” que todos los jugadores deberán recorrer.
Si tengo que pensar en un juego que haya explorado hasta el último rincón, lo primero que me viene a la mente es Freelancer, y admito que eso demandó unos cuantos meses de pura obsesión. Morrowind, Oblivion, Skyrim, los Fallout… siempre me quedó algo en el tintero. Tal vez no tengo la paciencia suficiente, o los propios juegos fallan en recompensar adecuadamente la exploración cuando la partida ingresa en una fase avanzada. Sea cual sea el caso, la pregunta queda instalada: ¿Qué tan grande es “demasiado grande” en un videojuego? Algunos veteranos de los RPGs bajan la voz cuando hablan sobre Daggerfall, la segunda parte de The Elder Scrolls. 230 mil kilómetros cuadrados, 15 mil ciudades (junto a pueblos y cuevas), y 750 mil personajes revolucionaron el concepto de “grande” dentro de un juego, a un punto tal que Morrowind es apenas la centésima parte de Daggerfall. Y a pesar de esos números, no dejan de ser representaciones. Incluso cuando un juego apela a regiones reales de nuestro mundo, sus modelos son limitados.
En ReROLL, la intención es deshacer por completo a esos límites. Se trata de un juego de rol en el que la clave es sobrevivir. Cada jugador deberá buscar diferentes recursos para mantenerse con vida, incluyendo alimentos y armas. Sin embargo, lo más sorprendente es en dónde se desarrolla el juego. Los creadores de ReROLL están haciendo un mapa digital del mundo entero, utilizando drones autónomos que les permiten capturar miles de fotos, un kilómetro cuadrado a la vez, para convertirlas en un modelo tridimensional. Todos los personajes estarán activos dentro del mundo virtual, por lo que cada jugador deberá administrar su tiempo y actividades, que pueden ser rastreadas desde un dispositivo móvil. ¿Cuánto les va a llevar hacer un mapa del mundo con drones? Honestamente, lo ignoro, pero la duda real es si podrán hacerlo. Después de todo, entrar a ciertos países con un dron puede ser un suicidio…