En septiembre del año pasado compartimos un vídeo que nos enseña a eliminar las cataratas de viejos televisores CRT, provocadas por el deterioro en el adhesivo que mantiene fijo al vidrio de seguridad. Lamentablemente, los paneles LCD sufren algo similar en la forma de «síndrome vinagre», asociado al deterioro irreversible en las láminas de polarización. El entusiasta Ron Hinton recibió un viejo portátil Acer K3865 bajo los efectos del «síndrome vinagre», y tomó una decisión no apta para cardíacos: Eliminarlo de raíz.
El «síndrome vinagre» es un problema con el que todo coleccionista de retrohardware deberá cruzar espadas tarde o temprano. El tiempo nos ha obligado a reemplazar condensadores, reparar monitores CRT, fabricar PCBs enteros, e incluso emular componentes específicos, pero las pantallas LCD llevan el desafío a otro nivel. Ahora, existen muchos paneles modernos que pueden ser adaptados, sin embargo, no debemos olvidar su naturaleza: Son básicamente rectángulos de vidrio, plástico y adhesivo que pierden integridad con el paso de los años.
Así llegamos al blog personal de Ron Hinton, quien recibió un portátil Acer K3865 (o «K386S») de la Atlanta Historic Computing Society. También conocido como Acer Acros 325SE, este equipo posee un procesador 386 y 2 MB de RAM, pero al encenderlo con la ayuda de una fuente externa, descubrió a su pantalla invadida por el «síndrome vinagre». Cualquier otro usuario se hubiera detenido en ese punto. En cambio, Ron lo tomó como un desafío: Era hora de cambiar el polarizador.
Cirugía extrema de LCDs para combatir el «síndrome vinagre»

Con mucha paciencia, Ron llegó hasta el panel y lo retiró del equipo, pero no sin antes pedir asistencia para adquirir láminas de polarización con el tamaño adecuado. Afortunadamente, el fabricante del panel eligió no saturar su marco con pegamento, y logró aceder al cristal sin demasiados sobresaltos. Esta «buena suerte» continuó al retirar el polarizador superior comenzando por una de sus esquinas… pero todo cambió con el otro polarizador.
En primer lugar, se vio obligado a desoldar los cables flex de las placas traseras que controlan el elemento vertical del panel, y en segundo lugar, debió retirar el cristal con extremo cuidado para colocarlo sobre una superficie plana. Después fue necesaria la intervención de una cuchilla, y finalmente, usó un raspador para retirar el viejo adhesivo.
¿Lo más importante? La pantalla sobrevivió todo el proceso, y funciona a la perfección. Sin embargo, estos LCDs fueron creados con láminas de corrección de fase y una fórmula diferente de polarización, por lo tanto, las opciones «modernas» nunca restaurarán el contraste de fábrica por completo. Pequeños compromisos que debemos aceptar a la hora de luchar con hardware obsoleto.
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Fuente: Hackaday