Superfluo y competitivo en su gama de precios, el Renault ZOE esconde un secreto muy oscuro debajo de su capó. En una flagrante movida en contra de la libertad de elección y reproduciendo mucho de lo que ya vimos en otras industrias, Renault utilizará tecnología DRM para controlar que pagues la renta de tu batería. Y si no lo haces, la batería no se recargará.
No debería extrañarte que alguien festeje el milagro tecnológico de tener Twitter en la puerta de la heladera o que no le importe que una aplicación creada por desconocidos pueda saber en qué momento ingresa a un restaurante o cuantos pasos caminó en todo el día. La internet de las cosas tiene esa característica que hace que muchos se babeen y está bien, pues sobre gustos… ya te sabes el resto. El problema surge cuando la baba que se nos cae no es sólo por el deseo que nos produce un producto, sino por lo tontos que nos volvemos al usarla. Implementada en los coches, la internet de las cosas tomó forma de sistema de navegación, radio, centro multimedia y también de gestión de emergencia inmediata. No obstante, la comodidad y la seguridad estaban escalando demasiado, así que hora se ha hecho lugar a que los fabricantes nos instalen un policía fiscal dentro de nuestros coches a través del uso de DRM en nuestra batería.
DRM es la sigla en inglés para la Gestión Digital de Derechos, y refiere a las tecnologías de control de acceso utilizadas largamente por desarrolladores de videojuegos, software, hardware y ahora también por coches, con el fin de proteger los derechos de autor y el carácter de propietario de los productos o programas. Volviendo a las entrañas de nuestros coches, el DRM ha sido introducido en los vehículos modernos de la firma Renault, específicamente en su modelo ZOE. A través de un dispositivo conectado a la batería de fábrica, Renault controlará remotamente vía internet si el usuario del coche pagó la cuota mensual de la batería (o del coche). En el caso de que la respuesta sea negativa, la batería será remotamente desactivada y la misma no se podrá recargar. Tal y como dice en una de las cláusulas obligatorias del acceso a este modelo de coche de Renault “[a la firma] se le da permiso para restringir las recargas en caso de que sea necesario”. ¿Si hacen esto con las baterías, qué más podrían controlar desde el capó de nuestro coche?
Lo peor no termina ahí. Además de que no podrás usar la batería si te atrasas en el pago de la mensualidad de la misma, no podrás utilizar ninguna otra, ya que Renault no dejará que cambies de suministrador de batería ni siquiera cuando el producto esté fuera de garantía. Básicamente, si hay una batería en el mercado con igual o mejor rendimiento y menor precio, tú tendrás que quedarte con la que ya te provee Renault. Para rematar, la despiadada jugada comercial de Renault también complica a quienes quieran vender el ZOE, pues tendrían que obligar a quien adquiere el coche de segunda mano a que cumpla con la obligación vitalicia de repostar en la misma gasolinera o consumir la única marca de limpiaparabrisas. Perdón, la misma batería.