Los problemas de temperatura no son exclusivos del mundo informático. Entusiastas y profesionales de la fotografía han vivido en carne propia los caprichos de varios productos ante una situación de sobrecalentamiento, y uno de los casos más recientes es el de la mirrorless full-frame Canon R5. Su vídeo 8K es excelente, pero apenas permite 20 minutos de grabación en su configuración estándar. Matt del canal DIY Perks decidió explorar ese límite, y en el proceso terminó usando watercooling…
Consumo de energía, tamaño de la batería, disipación de calor, la lista sigue. Todo producto es un juego de parámetros en equilibrio, pero si ese equilibrio se pierde (o peor aún, ni siquiera existe de fábrica), como usuarios debemos intervenir. Algunos cortan por lo sano y devuelven el producto, sin embargo, otros siguen el camino del modding. Tal vez el dispositivo es muy bueno, y tiene un único punto débil que puede ser corregido. Entonces, ¿por qué no hacer un poco de cirugía…?
Ahora, debo admitir que el último ejemplo de Matt en DIY Perks es un poco… extremo. Su Canon EOS R5 es una bestia de 4.600 euros (sólo el cuerpo), y una de sus principales funciones es la grabación de vídeo RAW 8K a 29.97 FPS. Eso la coloca un escalón por arriba de sus competidoras directas, pero la R5 arrastra cierto detalle, y es que sufre problemas de sobrecalentamiento. Bajo su firmware original, la mirrorless habilita una grabación máxima de 20 minutos acumulativos en 8K, y en el peor de los casos, el usuario debe esperar unas dos horas para que la R5 regrese a una temperatura adecuada. ¿Cuál fue la respuesta de Matt? Watercooling.
Vídeo 8K ilimitado en la Canon R5
Después de realizar un desmonte parcial de la cámara, Matt descubrió que el procesador estaba cubierto parcialmente por dos pads térmicos que no entraban en contacto con el centro del chip. Además, la placa metálica es bastante pequeña, y arriba tiene otro PCB, atrapando el calor aún más. Su primer mod es pura fuerza bruta: Un pequeño disipador de cobre, al que conectó dos bloques de refrigeración líquida, seguidos por un bucle personalizado. Con todo el poder del watercooling a su disposición, Matt hizo la prueba… y descubrió que la protección térmica de la cámara se basa en tiempo, no temperatura.
Luego de varios reclamos en la Web, Canon lanzó una actualización de firmware que cambia el método de monitoreo, pero en una cámara sin modificar, los 20 minutos de límite pasan a ser 25. La diferencia es que al combinar el nuevo firmware con su sistema de watercooling, Matt logró grabar vídeo 8K por más de cuatro horas, sin restricciones ni advertencias en la pantalla.
Aquí es cuando la aventura con watercooling se termina. La última fase del mod es encontrar una solución lo suficientemente compacta para poder cerrar a la R5. Matt eligió reemplazar la placa metálica original con una versión DIY hecha en cobre de dos milímetros, que posee una extensión para transferir un poco de calor extra a la carcasa. Con este disipador de cobre, el nuevo límite de grabación 8K es de 39 minutos (con pausas de apenas cinco minutos), pero queda un paso más: Otro disipador de cobre, instalado con un pad térmico en la parte trasera de la cámara, asistido por un ventilador. Su segunda variante es un cooler de ordenador portátil, modificado para que el aire frío golpee en la parte posterior.
Con estas modificaciones, el vídeo 8K infinito en la Canon EOS R5 es posible, y muchos de los comentarios sugieren que deberían convertirse en una «solución aftermarket» para el exceso de temperatura en la mirrorless. Matt cierra el vídeo con una pregunta: ¿En qué estaba pensando Canon? Su hipótesis se reduce a una cuestión de prioridades. La R5 no deja de ser una cámara fotográfica y la función de vídeo 8K es secundaria, pero nada les impedía diseñar una solución térmica más robusta.