Uno de los experimentos más interesantes al momento de refrigerar un ordenador es sumergirlo en aceite mineral. El proceso es definitivamente sucio, y si no se lo contiene de forma adecuada puede manchar todo a su paso, pero si quieres hacer la prueba, el modo más seguro y económico de comenzar es con un Raspberry Pi 3. El mini ordenador sufre múltiples problemas de temperatura, y necesita toda la ayuda que le podamos dar.
Cómo y por qué. Esas son las dos primeras preguntas que todo usuario hace al ver un ordenador sumergido en aceite mineral, y son fáciles de responder. Por un lado, el aceite mineral no es conductivo, lo cual evita que todo vuele por los aires. Y por el otro, cuando se lo aplica correctamente entrega excelentes resultados en la disipación de calor, un detalle crítico para sistemas con un overclocking extremo, o que no cuentan con una solución de refrigeración robusta.
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Ahora… el proceso no se reduce a arrojar componentes de una pecera y llenarla. El aceite mineral «trepa», o sea que el contenedor no debería estar lleno hasta el borde. Después descubrimos su relación con la goma y los adhesivos, el hecho de que los discos duros y las unidades ópticas no pueden ser sumergidas… en resumen, hay que investigar bastante. Por suerte, hay un excelente atajo para comenzar, y se trata del Raspberry Pi 3.
El canal «HydroGraphix HeadQuarters» en YouTube publicó un vídeo en el que muestra su trabajo de instalación. El contenedor fue sometido a varias modificaciones para dar lugar a las extensiones de puertos, tarjeta de memoria y botón de encendido. La cantidad de pegamento en los puertos es impresionante, pero se supone que no estará en contacto con el aceite. Una historia diferente cuenta el sellador de silicona, utilizado en los bordes y el agujero de los cables. El ventilador hace circular al aceite dentro del contenedor, y las luces LED le dan al diseño final un pequeño toque estético.
El experimento definitivamente cumplió con su cometido, ya que el Raspberry Pi 3 funciona estable con un overclocking de 1.45 GHz a una temperatura que oscila entre los 40 y 50 grados Celsius ejecutando un emulador de Nintendo 64. Aún así… no se trata de algo ideal. Las luces LED introducen calor (al menos un poco) en el aceite, y a falta de un radiador dedicado hubiera sido más lógico usar dos ventiladores en vez de uno para optimizar el desplazamiento del líquido, pero son detalles menores.
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