Uno de los aspectos más interesantes del Wordle es su cooldown: Un desafío cada 24 horas, eso es todo. Claro que, el New York Times lo está arruinando con pop-ups y pedidos de login, pero al no habilitar un binge, es posible conservar su perfil casual. Muchos juegos han decidido reproducir ese aspecto, y uno de los más interesantes es Refractor, que deja a un lado las palabras para enfocarse completamente en la mezcla de colores.
La semana pasada traté de reducir tu productividad a polvo con ExponenTile, y no me arrepiento de nada. Sin embargo, entiendo perfectamente que algunas personas prefieren una experiencia más tranquila, y creo que tengo la solución ideal: Se llama Refractor, y fue creado por Thomas Lackemann para su hija recién nacida, durante su período de licencia por paternidad. El juego también sirvió como un ejercicio técnico para Ackermann (combina Laravel + Inertia, React + TypeScript, y DaisyUI + TailwindCSS), y el resultado final es excelente.
Refractor: Sin azúcar ni flores, pero con muchos colores
El primer paso para dominar a Refractor es unir los dos extremos de un mismo color. Primero hacemos clic en la casilla con el color «sólido», y luego formamos el camino hasta llegar a la casilla «hueca». Sin embargo, la historia no termina allí: En otros rompecabezas, Refractor nos obliga a combinar colores. Por ejemplo, si el destino es «naranja», primero hay que llevar las líneas de rojo y amarillo a un «nodo de combinación» para formar una casilla naranja real. Como si eso fuera poco, los nodos de combinación poseen «puntos de entrada», o sea que sólo podemos ingresar a ellos siguiendo la dirección correcta.
¿Un detalle más? Las líneas de colores no pueden cruzarse, pero no estamos obligados a tapar todas las casillas. En caso de quedar atrapados, es suficiente con presionar el botón de reinicio para intentarlo de nuevo. Inspirado en juegos como Wordle y Strands del New York Times, Refractor posee un cooldown, por lo tanto, hablamos de una partida diaria. Más que suficiente.
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