Trabajar de pie frente al ordenador es mucho más que una moda. Los reportes de médicos y científicos que hablan a favor de abandonar la silla se han multiplicado en los últimos años, ya que mantenerse de pie incrementa nuestra productividad, y mejora la salud. Ahora, son muy pocos los escritorios que permiten trabajar y estar de pie sin modificaciones, pero Refold ofrece funcionalidad y portabilidad apelando al cartón como material principal.
Durante muchos meses he estado considerando la posibilidad de comenzar a trabajar de pie frente al ordenador. Horas acumuladas desplomado en una silla me han provocado una cuota importante de problemas en la espalda, el cuello y los hombros. Imagino que trabajar de pie no va a resolver todos mis inconvenientes de salud de un día para el otro, pero es algo que todos nosotros, jinetes diarios de teclados y ratones, deberíamos probar en algún momento. Otro aspecto a tener en cuenta con un lugar para trabajar de pie es la optimización de espacios. La historia le atribuye a Platón la frase “La necesidad es la madre de la invención”. Y con eso en mente, llegamos a un grupo de estudiantes neozelandeses que decidieron atacar el problema de la falta de espacio con un método bastante particular. El siguiente vídeo de una charla TEDx dura más de ocho minutos, pero si quieres conocer a este proyecto, definitivamente vale la pena verlo.
El nombre oficial es Refold. 1.1 metros de alto, con una superficie de 1.1 por 0.66 metros, 6.5 kilogramos de peso, y cartón laminado reciclable con un espesor de siete milímetros dan forma a este llamativo escritorio. Se puede ensamblar en cuestión de minutos, no requiere ninguna clase de herramientas o pegamento, y si obedecemos a los datos publicados, resiste un peso considerable, a tal punto que sus creadores pueden pararse sobre ellos (en cambio, yo colocaría al escritorio en un serio apuro). La mejor parte es que Refold no es algo solamente pensado para estudiantes de diseño con falta de espacio, sino que podría ser desplegado en toda clase de oficinas móviles, incluyendo zonas de desastre, y escuelas en regiones remotas.
Refold está hecho definitivamente de cartón, pero la elección del material no se refleja tanto en el precio que digamos. El paso de Refold por los pasillos del crowdfunding ha sido fabuloso, recibiendo en menos de un día los 25.000 dólares neozelandeses que buscaba (unos 15.500 euros). Cada escritorio tiene un precio de 160 dólares neozelandeses (100 euros), ya sea en su versión para estar de pie, o para sentarse. El gran problema de Refold son los envíos limitados. Por el momento, sólo están destinados a Nueva Zelanda y Australia, pero no estaría nada mal si en el futuro deciden liberar los planos para que podamos reproducir este escritorio de manera más económica y “local”.