Este robot, diseñado especialmente para mejorar la interacción entre humanos y autómatas, es capaz de mostrar “emociones” mediante la modificación de los rasgos de su rostro. Reddy, tal es su nombre, es un robot metálico, con aspecto de juguete. De hecho, su fabricante lo ha hecho así a propósito, de forma que no intimide de ninguna manera a los humanos con su presencia. Su punto fuerte es la posibilidad de modificar los rasgos de su rostro para transmitir sus “estados de ánimo”.
En efecto, Reddy posee nueve servomotores distribuidos por su rostro, y conectados a sus cejas, ojos y boca, lo que le permite adoptar gestos que denotan alegría, angustia, tristeza, sorpresa o disgusto. Por supuesto, Reddy es incapaz de sentir ningún tipo de emoción, solo las puede “transmitir” a su interlocutor mediante estos gestos.
Para reforzar la emoción transmitida, Reddy acompaña los gestos de su cara con movimientos de sus hombros, brazos y manos.
Robomotio, la empresa que fabrica a Reddy, lo ha diseñado como una herramienta de aprendizaje, y también para que se utilizado como un sofisticado juguete. Es capaz de funcionar a partir de “scripts” o ser integrado en un sistema más complejo.
Se puede dotar a Reddy de toda una colección de harware opcional. Es posible comprarle cámaras fotográficas y micrófonos, por ejemplos, de forma que pueda detectar a su interlocutor, objetos, e incluso reconocer comandos hablados. Por su parte, Reddy responde mediante un altavoz instalado en su torso.