El gobierno de los Estados Unidos, al igual que otras potencias espaciales del mundo, está preocupado por la proliferación de la “basura espacial” en la órbita terrestre. Para acabar con este problema, ha decidido que DARPA, la agencia del Pentágono encargada de los proyectos más complejos y extraños que se puedan concebir, ponga a punto un vehículo equipado con redes destinado a recoger los escombros que amenazan a los satélites artificiales. ¿Es viable semejante cosa? Parece que si.
Cuando la Unión Soviética lanzó el primer satélite artificial -el Sputnik, en 1957- el mundo observó asombrado como surcaba el espacio, maravillada ante la capacidad técnica demostrada por los rusos. Medio siglo más tarde, gracias a la “capacidad técnica” de ese y otros países, la órbita terrestre tiene tanta basura que peligra la integridad de todos los ingenios lanzados por el hombre. Piezas sueltas, restos de las misiones espaciales, escombros producidos durante los -afortunadamente escasos- choques entre satélites, herramientas que se escapan de las manos de los astronautas y prácticamente cualquier trozo de chatarra imaginable orbitan la Tierra a velocidades que se miden en decenas de miles de kilómetros por hora. Semejantes proyectiles tienen la capacidad de hacer añicos otros satélites, la Estación Espacial Internacional o incluso -improbable, pero posible- matar algún astronauta. ¿Como se podría solucionar este problema?
Lo cierto es que no existe una forma “ortodoxa” de lidiar con este problema. Además de suponer un gran problema logístico -no es fácil enviar una cuadrilla de trabajadores al espacio- los veloces restos están distribuidos a lo largo de una región tan grande, que ubicarlos, alcanzarlos y atraparlos uno por uno es una misión casi imposible. Los alemanes del Centro Aeroespacial Alemán (DLR), por ejemplo, han propuesto la construcción de una especie de “robot espacial”, que tendrá como objetivo “empujar” a los satélites viejos a una posición segura una vez que llegan al final de su vida útil. Esto, si alguna vez se pone en práctica, ayudaría a minimizar la cantidad de nuevos restos que se incorporan a este verdadero basurero. Pero el problema más inmediato lo representan las piezas que ya se encuentran en el lugar. Para “cazarlas”, DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa) ha propuesto la construcción de un vehículo equipado con unas doscientas redes capaces de recoger la basura espacial. Según los responsables de la agencia, el sistema sería parecido al que usan los lepidopterólogos para recoger espécimenes de mariposas u otros insectos. Esta idea fue presentada oficialmente en sociedad el pasado viernes, durante la conferencia anual sobre el ascensor espacial.
Bautizado como “eliminador de desechos electrodinámicos" o EDDE (por Electrodynamic Debris Eliminator), este artefacto ha sido proyectado por una empresa llamada Star Inc. y financiada por la Agencia DARPA. La idea consiste en lanzar los EDDEs y dejarlos que giren en torno a nuestro planeta recogiendo toda la chatarra que se enganche en sus redes. El CEO de Star cree en que siete años una docena de estos vehículos podrían recoger unos 2.465 objetos, que actualmente se encuentran en la órbita baja terrestre. Estos objetos tienen un peso aproximado de 2.5 Kg. y son monitorizados permanentemente por las agencias espaciales. Suponiendo que el sistema realmente funcione, y que los trozos de metal moviéndose a semejantes velocidades no perforen la red, el EDDE lanzaría los escombros capturados hacia el Pacífico Sur, donde tiene pocas posibilidades de hacer ningún daño aún en caso de no quemarse durante la reentrada. Suena a las ideas típicas de DARPA, pero parece que el proyecto tiene posibilidades de convertirse en realidad. Star ya ha comenzado las pruebas relacionadas con el EDDE, y estarían en condiciones de llevar a cabo un vuelo de prueba en 2013. Si todo sale según lo previsto, la operación “limpieza total de la órbita terrestre” comenzaría en 2017 .