El término DX proviene de la conjunción de la letra D (distancia) y X (incógnita o desconocida), es decir, una distancia desconocida. Un Receptor Regenerativo es uno de los equipos de radio más indicados para llevar adelante la exquisita práctica de escuchar emisiones de distancias desconocidas. Por supuesto, para que esto sea un pasatiempo atractivo y exitoso debemos contar con un elemento muy importante: la antena. La apropiada combinación de estos dispositivos puede ofrecernos una de las mejores experiencias electrónicas alcanzadas por el hombre: escuchar emisoras ubicadas a la mayor distancia posible con un receptor construido por sí mismo. Ese lugar existe, se llama Antípodas y en este artículo te mostraremos como llegar hasta allí. Si te gustan los desafíos, este artículo es para ti.
El receptor regenerativo que te ofrecimos en una entrega anterior posee cualidades que, como te expresamos antes, lo hacen sobresalir por sobre los sistemas de radio tradicionales que conocemos. Los sistemas superheterodinos más puros y elaborados no dejan de tener una sensibilidad menor al regenerativo. Recodemos que la sensibilidad es la capacidad que posee un receptor de radio para escuchar las señales más débiles. Si a esta cualidad le agregamos una antena que posea un buen rendimiento, basado en una construcción adecuada, podremos escuchar emisoras que se encuentren a distancias increíbles y que, seguramente, serían difíciles de escuchar con una radio comercial de ondas cortas.
Siempre tratamos de explicar a los amigos que desconocen el mágico mundo de la radio que somos conscientes de que la tecnología de hoy nos permite pulsar un botón en un teclado para escuchar y ver lo que sucede en cualquier parte del planeta (y fuera de él), cualquier día y a cualquier hora. Sería ilógico discutir esa realidad que ahora nos permite llegar a ti con este artículo, sin embargo, queremos que sepas que existen cosas que se hacen por entretenimiento, por gusto, por pasión y algunas veces por necesidad. Así como puedo ir a comprar pescado fresco a cualquier lugar; la experiencia de una tarde soleada, con el descanso y la paz de estar sentado debajo de un árbol pescando, no son cosas comparables. Elegir el tipo de pescado que queremos comprar respecto al tremendo tiburón que siempre soñamos pescar, no son cosas que se puedan siquiera relacionar. Comprar algo hecho es cómodo, fácil y cualquiera puede hacerlo. Construir algo con tus propias manos, disfrutar cada fragmento de la construcción y lograr éxito con lo realizado, llena mucho más el espíritu y nuestro corazón de lo que un trozo de pescado puede hacer en nuestro estómago.
Hacer DX (hacer “diexismo”) es parte de eso. Es alcanzar con nuestras propias construcciones lo que otros sólo pueden lograr con muchos Euros en los bolsillos. Además, hacer DX es un entretenimiento que te ayudará a conocer otros idiomas, otras culturas, otras personas que pueden enseñarte muchos secretos técnicos (que en las mejores Universidades no se enseñan) y por sobre todo, hacer DX es un desafío intelectual que pocos se animan a afrontar (es más fácil jugar Sodokus en el ordenador que construir un receptor para escuchar la NHK de Tokio, por ejemplo). Hacer DX te ayudará a comprender muchos fenómenos atmosféricos y a relacionarlos con la meteorología, te enseñará sobre la ionósfera (composición y comportamiento) y sobre cómo ésta es afectada por la actividad solar que se repite cíclicamente cada 11 años terrestres. Por supuesto, el sol será de pronto un aliado y en otras oportunidades un enemigo implacable que aprenderás a conocer y a predecir en su comportamiento, para valerte de él y sacar el mejor provecho en el atrapante mundo del DX. Recuerda siempre que los billetes son una gran ayuda en muchos aspectos de la vida, sin embargo, la inteligencia demostrada en el máximo aprovechamiento de los recursos que tengas a tu alcance, será la herramienta que te llevará al éxito.
La antena
Comenzaremos entonces con la construcción de la antena que, según las imágenes que ya estás observando, no requiere de elementos especiales, ni onerosos. Un poco de alambre (el mismo que se utiliza para colgar la ropa al sol), algunos aisladores, un poco de cable coaxial (o coaxil), algunas herramientas y un simple cálculo serán necesarios para construir nuestra antena. Por lo que habrás comenzado a notar, antena y torre son cosas muy diferentes. La torre es un elemento que le proporciona altura a otro elemento que es una antena. Todos decimos “¡que antena alta!”, cuando en realidad la torre es alta y la antena es muy pequeña si comparamos tamaños. La antena guarda una relación con la longitud de onda con la que trabajará y en nuestro caso, un dipolo de media onda, pues medirá en su totalidad eso, media longitud de onda de su frecuencia de trabajo. Para la banda de 40 metros por lo tanto, necesitaremos (según los cálculos correctos) algo menos de 20 metros de alambre para hacer el dipolo propiamente dicho y algunos metros más para conectar desde los aisladores de los extremos hasta los puntos de sujeción o ataduras finales. Existe un mito respecto a que el mejor alambre para construir antenas es el de cobre y no otro. Recuerda siempre que es solo eso, un mito.
Si posees una torre elevada puedes colgar el centro del dipolo desde allí, en algún punto elevado o también puedes atar uno de los extremos bajando en forma inclinada con el dipolo. Diferentes construcciones te brindarán diferentes resultados y no es mala idea cambiar de posición las antenas cada determinado lapso de tiempo para obtener resultados diferentes. No mejores, sino diferentes, por ejemplo, escuchar otras zonas geográficas y/o llegar de mejor manera a sitios que antes eran muy difíciles de alcanzar. Las antenas (nos guste o no) poseen una característica que se llama “lóbulo de radiación” y su “caprichosa forma” determinará “hacia y desde” donde tendremos mejores señales. Decimos “caprichosa forma”, porque el ideal teórico que encontrarás en los textos especializados siempre es afectado por cada construcción en particular. Es decir, la altura sobre el suelo medio, el tipo de suelo, la proximidad a construcciones, el tipo y naturaleza de estas construcciones, los materiales empleados en la construcción y hasta los árboles que existan en, al menos, 50 metros alrededor de tu antena. No olvides que trabajaremos en la banda de 40 metros y la presencia de cualquier elemento cercano cambiará el comportamiento de nuestra antena (nos guste o no).
Dos árboles, dos postes, una torre, cualquier escenario es adecuado para una antena, mientras ésta se eleve tanto como se pueda sobre el terreno medio. En nuestro caso, las opciones eran muy pocas y el techo de la casa quedó (para nuestro gusto) demasiado cerca de la antena y pensamos que los resultados podían ser pobres. De todos modos, era un riesgo que debíamos correr porque no teníamos otra opción constructiva. Además, la elección de una antena para la banda de 40 metros se basó en la longitud disponible del terreno y en la banda. 40 Metros es una banda que ofrece buenas condiciones de propagación a distancias cercanas a los 400 – 1000 kilómetros durante el día y sorprendentes distancias durante la noche. Es decir, es una banda que posee actividad a toda hora del día. El cálculo de la longitud de la antena es muy sencillo y el cable coaxial (o coaxil) puede ser de 50 Ohms o de 75 Ohms de manera indistinta. Si pensamos utilizar esta antena para luego conectar un transmisor, será conveniente utilizar cable de 50 Ohms, pero mientras solo sea para recepción, con cualquiera de las dos impedancias lograremos buenos resultados.
Ajustando el receptor
Una de las cosas que no podemos evitar es la existencia de emisoras de frecuencia modulada (FM) por todos lados. El espectro está plagado de emisoras y, a rigor de verdad, son pocas las que poseen una instalación, un transmisor y una antena adecuada. Esto desemboca siempre en múltiples y molestas interferencias que pueden entorpecer una agradable audición, siendo en oportunidades tan graves que anulan por completo la audición de cualquier señal de radio. Por supuesto, nuestro receptor estará afectado por estas emisoras, pero un apropiado ajuste puede ayudarnos a minimizar esta interferencia y a escuchar lo que deseamos. Los pasos a seguir para preparar el receptor son pocos y muy sencillos. Se inicia siempre con el potenciómetro de Sintonía Fina al centro de su recorrido y el potenciómetro de Ganancia de RF casi al máximo, ubicándolo en un punto donde el ruido atmosférico exista, pero sin “lastimar los oídos”. Este punto será muy sencillo de identificar, no te preocupes. El tercer paso será ajustar el control de Regeneración hasta un punto donde no se escuche ninguna emisora de FM (que se meten por todos lados) y estemos en el límite entre el silencio (con la FM de fondo) y un soplido estridente. Allí, apenas pasado ese fuerte ruido, estará el mejor ajuste de Regeneración.
Observarás, por supuesto, que el punto de Regeneración depende de la posición del capacitor de Sintonía, es decir, no bastará con un único ajuste de Regeneración, sino que deberás retocarlo a cada cambio de Sintonía. Una vez descubiertas las zonas de ajuste de estos controles, podrás ensayar la construcción de escalas graduadas o al menos puntos de referencia en el gabinete como para tener pre-ajustes de cada sector interesante de audición. Por último, el control de volumen será uno de los más activos, junto a los de sintonía, ya que las estaciones llegarán siempre con diferente nivel de intensidad sobre la antena y esto se reflejará en el nivel de audición. Ya en este punto, solo resta conocer los pronósticos de propagación y esperar que sean favorables para nuestra zona. Desde donde quieran venir, pero que sean favorables, y aquí es donde evocamos la equivalencia mencionada al principio del artículo; que el tiburón sea del tamaño que quiera, nosotros estaremos esperándolo.
¿Qué podemos escuchar?
La variedad de cosas que podemos escuchar dependerá de nuestra perseverancia, paciencia, y habilidad con el receptor (igual que al pescar). Por lo general, en la banda de 40 metros, es habitual escuchar durante el día a radioaficionados de nuestro país y países limítrofes con sus largas charlas técnicas sobre los equipos que utilizan y las antenas que de manera constante ensayan para obtener el mayor desempeño de sus equipos. Muchos transmiten con equipos fabricados por ellos mismos y otros con potente equipos comprados, pero en su gran mayoría compartiendo un clima de camaradería y buen trato, en especial, con que recién comienza y necesita orientación para aprender a disfrutar de la actividad. Una de las grandes e inteligentes cosas que tiene la actividad de los radioaficionados es que no hablan (está prohibido) de política, religión y cualquier tipo de discriminación. De deporte se habla, pero siempre con respeto y mesura. Por supuesto, siempre existe el mal-educado (el troll) que rompe el corral, pero no te preocupes, son una minoría ignorada y expulsada de todo grupo de conversación.
Las emisoras comerciales, por lo general, llegan con señales muy fuertes al receptor regenerativo. Aquí deberás actuar sobre los mandos de volumen y ganancia de RF de manera apropiada para lograr una audición agradable y libre de ruidos extraños. Estas señales ingresarán a ambos lados de la banda de radioaficionados y aquí es donde comenzarás a intentar alcanzar el anhelo de cualquier aficionado a la radio sin necesidad de ser un especialista. Escuchar la emisora más lejana que exista y obtener una confirmación de ese hecho. Como mencionamos al principio, el punto más remoto del planeta al que podemos acceder es a las antípodas respecto a nuestra ubicación. No existe un lugar más alejado que el otro lado del planeta diametralmente opuesto a nuestra ubicación. Ese es el gran pez y hacia allí estará apuntada siempre nuestra ilusión primaria. Luego seguirán las emisoras más débiles, luego los países o lugares más exóticos, luego los idiomas más extraños y de esta forma la radio siempre nos ofrecerá un nuevo desafío a alcanzar.
La forma de lograr la confirmación de haber escuchado la transmisión es por lo general un informe de recepción que, para los radioaficionados, alcanza con breve resumen de la conversación escuchada con fecha y lugar de la audición. Por supuesto, es muy importante brindar información de nuestra estación (altura y tipo de antena junto a datos técnicos del receptor) y la calidad e intensidad de la señal escuchada. Para las emisoras comerciales las exigencias son algo mayores y el reporte requiere de un informe SINPO que se basa en el mismo principio que el anterior, pero que posee un orden y una estructura formal. Esperamos que tengas el mayor éxito en la construcción de este tipo de receptores de radio, que nos hagas saber tus progresos y avances, y que además, nos encontremos en el Foro de Electrónica de NeoTeo para mostrarnos los avances que tengamos a cada momento en que podamos “jugar” con esta maravilla de la electrónica que es la radio. Mi gran tiburón es Shangai, en China, y hacia allí voy cada vez que enciendo un equipo de radio. El tuyo, ¿cuál es?