Uno de los puntos más incómodos para alguien que busca hacer el cambio de un vehículo convencional a un coche eléctrico está en el tiempo de carga de las baterías y la autonomía, pero en la ciudad surcoreana de Gumi decidieron eliminar ese detalle de un modo muy particular: Creando caminos con un sistema de recarga inalámbrica para los vehículos eléctricos mientras se desplazan.
Después de lo que fue el incidente que involucró al Tesla S y al New York Times, tanto la autonomía como los tiempos de recarga que demandan los coches eléctricos se han convertido en dos temas muy sensibles para fabricantes y usuarios por igual. Incrementar el alcance de un coche eléctrico es mucho más complicado de lo que parece, debido a que las baterías aumentan notablemente el peso del vehículo. Colocar paneles solares en el techo del coche no parece ser una opción en lo estético, a menos que estén disponibles como una especie de pabellón o tienda. Sin embargo, hay una alternativa más, y es la recarga inalámbrica. Ya hemos visto algo parecido dentro del mundo de los dispositivos móviles, pero en la ciudad surcoreana de Gumi, la escala es mucho mayor.
De hecho, la recarga inalámbrica está disponible a través de un camino de 12 kilómetros de longitud. La tecnología en cuestión, bautizada SMFIR (Shaped Magnetic Field in Resonance) fue desarrollada en el Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea del Sur. Los cables están ubicados unos treinta centímetros por debajo de la superficie, y de acuerdo a los datos técnicos publicados por el instituto, se transmiten unos 100 kilovatios de potencia a una frecuencia de 20 KHz. A su vez, los vehículos compatibles están equipados con una bobina de recolección, y poseen una calibración tan precisa que la eficiencia de transmisión se ubica entre el 75 y el 85 por ciento, manteniendo una distancia de 17 centímetros entre la parte inferior del vehículo y el camino.
Por el momento, solo hay dos vehículos públicos que pueden aprovechar las ventajas de esta recarga inalámbrica, y son los ómnibus OLEV que hacen el recorrido entre la estación de trenes de Gumi y el distrito de In-dong, sumando unos nada despreciables 24 kilómetros (ida y vuelta). Los OLEV utilizan baterías que tienen un tercio del tamaño de las que se observan en un ómnibus eléctrico convencional, y en lo que a seguridad se refiere, el sistema está bien dentro de los límites de campos electromagnéticos establecidos por normas internacionales. Al mismo tiempo, y debido a ciertos aspectos inteligentes del sistema, sólo sería necesario electrificar entre el cinco y el quince por ciento del camino, mientras que se activa sólo cuando un OLEV se aproxima. La ciudad planea introducir otros diez ómnibus en 2015.