Algunas regiones se encuentran en plena temporada de gripe. De hecho, ni siquiera han alcanzado su pico aún, y con cada año, varias instituciones hacen todo lo posible para minimizar el impacto. La profesora Jaralee Metcalf del Distrito Escolar 93 en Bonneville se declaró «cansada y enferma de estar cansada y enferma», y para demostrar el alcance de los gérmenes, realizó un sencillo experimento usando rebanadas de pan, tocadas y manipuladas bajo diferentes condiciones. Los resultados son contundentes… y asquerosos.
¿Has caído enfermo en los últimos días? ¿Crees que has hecho todo bien, pero de algún modo «el bicho te alcanzó»? El problema con el concepto de «inmunidad» es que requiere un esfuerzo colectivo, y en ciertas ocasiones, ni siquiera eso alcanza. Sin embargo, algo tan simple como lavarse las manos tres o cuatro veces al día con agua y jabón nos puede llevar muy lejos.
¿Buscas pruebas? ¿Qué tal un pequeño experimento escolar? Tal vez no tenga las exigencias técnicas de un laboratorio profesional, pero si consideramos el entorno (un salón de clases repleto de niños que estudian y juegan todo el día allí), es más que suficiente. La profesora Jaralee Metcalf del Distrito Escolar 93 en Bonneville sólo necesitó cinco rebanadas de pan y cinco bolsas plásticas estilo Ziploc para probar su punto:
La primera rebanada fue frotada en la superficie de las Chromebooks que usan en clase. La segunda es una rebanada de control, y terminó dentro de la bolsa intacta, sin manipulación previa. En la tercera, todos los estudiantes tocaron la rebanada. En la cuarta, la rebanada fue tocada por aquellos que se lavaron las manos con agua y jabón. Y en la última rebanada, reemplazaron el combo agua/jabón con sanitizante para manos.
Los resultaron tardaron entre tres y cuatro semanas debido a los conservantes que poseen las rodajas de pan blanco… pero hablan por sí solos. La rebanada frotada en las Chromebooks terminó negra. No hubo cambios en la rebanada de control, y la que fue tocada por los alumnos experimentó varios crecimientos de moho. La rebanada manipulada por quienes se lavaron las manos quedó intacta, y la sorpresa se la lleva el sanitizante, que no parece funcionar tan bien como se cree.
En resumen: Dentro o fuera de temporada, hay que lavarse las manos. En espacios públicos o privados, hay que lavarse las manos. Ante la duda, hay que lavarse las manos. ¿Deseas reproducir este experimento en casa? ¡No hay problema! ¿Te dedicas a la educación y quieres llevarlo a clase? ¡No lo pienses dos veces!
Fuente: Jaralee Metcalf en Facebook