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Real Virtuality nos acerca más al sueño del Holodeck

La realidad virtual va a tener un 2016 mucho más complicado de lo que aparenta. El anuncio definitivo del Oculus Rift (y su precio oficial junto a él) pulverizó las esperanzas de miles de jugadores, pero hay otras iniciativas allá afuera, y una de las más importantes es Real Virtuality. La primera vez que hablamos sobre este proyecto fue en julio del año pasado, y aunque no está orientado al consumidor final, su potencial en el mercado se mantiene intacto.

El concepto de realidad virtual, al menos en lo que será su primera generación, ya quedó definido. Los usuarios podrán complementar a sus cascos virtuales con toda clase de sensores, destinados a registrar movimientos secundarios e integrarlos a cada simulación. También es necesario mencionar a las caminadoras, cuyo objetivo es rodear los límites que impone la falta de espacio. Todas las experiencias futuras deberán adaptarse a estas circunstancias, o de lo contrario, la realidad virtual en conjunto deberá escalar una montaña muy dura. Ahora, si salimos de nuestras habitaciones y de la sala de estar, la realidad virtual se maneja con otras reglas. Al incrementar el espacio disponible, la cantidad de sensores, y la complejidad del software, surgen iniciativas que sin lugar a dudas queremos ver más de cerca. Un ejemplo excelente es Real Virtuality.

 

La primera vez que observamos a Real Virtuality nos enseñó a dos personas explorando una tumba egipcia, y trabajando sobre ella en tiempo real. Cada objeto que comparten en el entorno virtual posee un equivalente físico cubierto de sensores, por lo tanto, la sensación de disociación entre ambos mundos es mucho menor. La última versión de Real Virtuality combina a una solución de rastreo personalizada con un total de doce cámaras infrarrojas Vicon, y dos cascos virtuales Oculus Rift. Cada uno de los participantes en la demo debe cargar con una mochila que guarda un ordenador portátil y sensores adicionales. Además de ser una pieza crítica para el sistema, la mochila permite usar a los cascos Rift sin quedar atrapados en un cable.

Las demos más recientes de Real Virtuality apelan a miedos primordiales como las alturas o las arañas, pero este apenas sería el comienzo. El plan de sus responsables es ofrecer el sistema a diferentes parques de diversiones y otros centros de entretenimiento. Se calcula que Real Virtuality tendrá espacios de 100 o 200 metros cuadrados, y entre los primeros interesados aparecen compañías en Catar y Rusia.

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Escrito por Lisandro Pardo

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