En el pasado hemos visto iniciativas que buscan reducir o eliminar por completo a la basura espacial. Más de medio siglo de lanzamientos convirtieron a la órbita de la Tierra en un lugar muy sucio, generando un riesgo considerable para nuestros satélites y estaciones. Con esto en mente, un grupo de científicos australianos, en asociación con la NASA, cree que un sistema láser de limpieza podría estar listo dentro de una década.
Hace 57 años (56 años y cinco meses, para ser precisos) la Unión Soviética colocó en órbita al Sputnik, dando inicio a la Era Espacial. Desde entonces, no nos hemos detenido. Fuimos testigos de trágicos accidentes, cambios de políticas y altibajos presupuestarios, pero eso no nos impidió seguir enviando toda clase de objetos al espacio. Varios cumplieron su objetivo, y terminaron siendo “recibidos” por la atmósfera en un abrazo de fuego. Pero muchos más siguen allí, en órbita, moviéndose a una velocidad impresionante… y buscando un blanco. Las colisiones espaciales ya no pertenecen al mundo de lo teórico. Conocemos bien sus efectos (el choque entre Iridium 33 y Kosmos 2251 habla por sí solo), y con más de 300 mil piezas sobre nuestras cabezas, la posibilidad de que el llamado Síndrome de Kessler se manifieste por completo es cada vez más grande (independientemente de que la película Gravity haya tocado ese tema).
Fue en marzo de 2011 cuando hablamos sobre el uso de rayos láser para modificar la órbita de la basura espacial y forzar su reentrada. Tres años después, un grupo de científicos estacionado en la Escuela de Astronomía y Astrofísica de la Universidad Nacional Australiana, cree que un sistema láser podría estar listo dentro de diez años. Australia y la NASA tienen un contrato vigente para rastrear basura espacial, con la intervención de un telescopio ubicado en el Observatorio de Monte Stromlo, el cual posee un láser infrarrojo. Ahora, con 20 millones de dólares australianos provenientes del gobierno y otros 40 millones obtenidos por vía privada, se creará el Centro Cooperativo de Investigación (en el que participan empresas como Lockheed Martin y Optus), con la misión de desarrollar rayos láser que puedan rastrear objetos aún más pequeños. El objetivo final es incrementar la potencia de los rayos láser a un nivel adecuado para quitar la basura de la órbita terrestre, pero no hay que visualizar cañones ni nada parecido: Para mover un objeto cien metros en un período de 24 horas, sólo se necesita aplicar la misma presión de radiación que tiene la luz solar, entre cinco y diez minutos.