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RatCar: Rata controla robot con su cerebro

En ocasiones pasadas hemos explorado la posibilidad de implantes cerebrales que, con un nivel de interacción superior podrían ser capaces de controlar miembros artificiales, o incluso asistir en el habla y la comunicación en general. Un reciente proyecto proveniente de la famosa Universidad de Tokio revela a RatCar, un robot que es controlado por el cerebro de una rata. Esta clase de proyectos podrían llevar al desarrollo de interfaces más eficientes y menos invasivas, destinadas a personas con diferentes discapacidades.

Si hay actividad cerebral presente, entonces una función perdida puede ser restaurada. Al menos ese es el concepto a partir del cual muchos científicos e investigadores se encuentran trabajando alrededor del mundo, buscando formas en las que la tecnología puede asistir y mejorar la calidad de vida de personas con discapacidades. Ya sean diferentes cuadros de parálisis o la pérdida de alguna extremidad, el desarrollo de interfaces neurales que trabajen como puente entre el cerebro humano y dispositivos tecnológicos especializados sigue su curso. En esta ocasión, se trata de estudiar la correlación entre los impulsos neurales que dictan un movimiento, y el traslado de los mismos hacia un dispositivo robótico.

Investigadores de la Universidad de Tokio presentaron al RatCar, un vehículo robótico conectado de forma directa al cerebro de una rata, a través de un electrodo. El RatCar es considerado como una "plataforma neuro-robótica", en la que la rata se mantiene suspendida en el aire, mientras que el robot realiza los movimientos que la rata haría con sus extremidades para desplazarse. De acuerdo a las pruebas realizadas, seis de las ocho ratas se adaptaron con rapidez a la utilización del robot. El problema está en detectar qué porcentaje del movimiento realizado por el robot es resultado de la lectura proveniente del electrodo. Por más bien ajustado que pueda estar el arnés, la rata no tiende a quedarse quieta, lo que dificulta la lectura de los movimientos y su comparación con la reacción del robot.

De acuerdo a los investigadores, serán necesarios más estudios para determinar la efectividad de la interfaz. El desarrollo de esta tecnología podría en el futuro asistir a pacientes con síndrome de enclaustramiento, o con una pérdida motriz considerable. Todavía estamos lejos de una implementación viable, y el proyecto RatCar puede parecer crudo por donde se lo mire, pero el único camino que queda es el de la investigación.  Tanto la comunicación como el traslado de los pacientes afectados podrían ser mejorados de forma radical, a la vez que se abriría la puerta para el desarrollo de dispositivos y soluciones aún más complejas.

Escrito por Lisandro Pardo

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