Todos quienes de una manera u otra nos desenvolvemos con un ordenador le tememos a las famosas pantallas azules de Windows. Quien no ha perdido todo luego de algún problema con su ordenador? Arrancar un ordenador y enfrentarse a estos problemas nos supone unas horitas al frente, para arreglar todo, instalar nuevamente Windows, y dejar todo configurado como estaba.
Y si bien XP es mucho mejor que los anteriores Windows porque tiene características de seguridad de hardware que permiten iniciar el proceso de restauración ante una falla, volver a una restauración sencillamente supone, dependiendo del ordenador, volver a instalar SP1, SP2, en sus mas variados parches. Entonces, aunque Windows se encargue de cuidar nuestros datos cruciales, todas nuestras aplicaciones deberán volver a ser instaladas.
Si esta perspectiva suena aterradora, entonces el Radix Protector, de la firma israelita Radix es un producto que deberíamos considerar.
Ya sea en su forma de plaqueta PCI o como llavero USB (del que aquí vamos a hablar) la función primaria del Protector es tomar “instantáneas” de nuestro disco duro a intervalos regulares predefinidos por el usuario, y de inmediato restaurar nuestro ordenador utilizando esos datos.
Eso quiere decir que cualquier cosa puede ser restaurada: desde el registro hasta los ficheros de cualquier aplicación, pasando por el CMOS y la FAT. Por supuesto su uso requiere mucha cautela, porque al restaurar podemos llevar nuestro sistema a un estado anterior en el que tengamos información valiosa que aun este cruda, o sin formato, y su visualización por parte de otras personas también puede ser peligrosa.
Instalar el Protector es muy sencillo, y al hacerlo queda creado en nuestro disco duro una partición segura, de alrededor de 1Gb de espacio. Esa partición es ahora el buffer para todos los datos y los punteros a datos que se guardarán para restauraciones. Mas allá de su función como restaurador dados determinados puntos de restauración, el sistema también puede configurarse para restaurarse tras cada booteo, útil para locutorios o cybercafés, en los cuales esta característica se vuelve casi imprescindible.
Esta versión USB del Protector puede manejarse ya sea desde una aplicación para Windows o a través de una interfase que se inicia justo antes de ingresar a Windows. Como una forma de incrementar la seguridad, ninguna de las dos posibilidades se presenta si no lo configuramos adrede.
Y si este Protector puede usarse para restaurar un ordenador con Windows, porque no darle otros usos? También se puede usar para recuperar ficheros accidentalmente eliminados, o para recuperar un sistema infectado con malware, o por supuesto, para recuperar un sistema infectado por un virus o cuyo funcionamiento se haya vuelto inestable a causa de una aplicación.
Pero atención, que para iniciar nuestro ordenador necesitamos el Protector USB y la llave que viene con el. Y aunque esto aumenta la seguridad, el usuario debe ser una persona extremadamente cautelosa y ordenada, ya que perder la llave implica lisa y llanamente no poder bootear el ordenador, al menos no sin tener que recurrir a muchas herramientas y trabajo.
En mi opinión esta herramienta es para personal entrenado y de IT, que pueda necesitarla para restaurar ciertos ordenadores en una empresa y dejarlos en un estado decente que permita continuar trabajando.
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