El gigante de Sunnyvale ha estado ocupado en estas últimas semanas. La nueva serie Rx 200 de tarjetas Radeon ya tiene varios representantes, pero faltaba la “tarjeta insignia”. Con todos los embargos disueltos, llega la Radeon R9 290X, basada en la nueva línea Hawaii de GPUs.
La gente de Nvidia podrá hacer todo el ruido que quiera con G-Sync: Al otro lado de la acera, las cosas tampoco se han quedado en silencio. Bastante revuelo provocó AMD cuando anunció a Mantle, un nuevo API de bajo nivel que dará a los desarrolladores un acceso mucho más profundo y optimizado a los recursos de la arquitectura Graphics Core Next, sin sufrir los dolores de DirectX y OpenGL. Sin embargo, la optimización de software no lo es todo. Las familias 7000 y 8000 de las tarjetas Radeon HD hicieron un buen trabajo, pero es el momento de abrir paso a algo nuevo: La serie Rx 200. Anunciada oficialmente durante los últimos días de septiembre, esta nueva serie ya tiene cinco modelos diferentes en el mercado. Ahora, es el turno de la hermana mayor: La Radeon R9 290X.
La frialdad de los números nos presenta una tarjeta con un total de 6.200 millones de transistores, 4 GB de RAM (5GHz en GDDR5), un bus de 512 bits, 2.816 procesadores stream, 176 unidades de textura, y una frecuencia que en modo Boost (léase “Uber”) alcanza los 1.000 MHz. Por alguna razón, AMD no confirmó la frecuencia del núcleo, pero si tuviera que escoger/adivinar, diría que se ubica en unos 800 MHz. Tal y como mencioné más arriba, es el primer ejemplar (al menos, hasta la semana entrante) que usa el GPU Hawaii, basado en la versión 1.1 de Graphics Core Next. Los valores reportados de su TDP no son oficiales: Un promedio conservador habla de 300 vatios, aunque algunos benchmarks han establecido que a la Radeon R9 290X no le tiembla el pulso al tocar la barrera de los 400 vatios bajo carga, especialmente cuando trabaja en modo “Uber”.
Desde hace un tiempo estábamos acostumbrados a ver a AMD competir desde atrás, ofreciendo un poco menos de rendimiento a un precio razonable. Varias de sus tarjetas de alta gama debieron hacer un compromiso o dos para pelear con la oferta de Nvidia, y cualquier ventaja neta de rendimiento duraba poco tiempo. Hoy, la historia es diferente. La nueva Radeon R9 290X tiene la capacidad de enfrentar tanto a la GeForce GTX 780 (a la que derrota por un 10 por ciento en promedio) como a la GeForce Titan (prácticamente empatada), y el precio oficial de 549 dólares termina de convertir al nuevo hardware de AMD en algo imbatible. Si a eso sumamos las promesas que está haciendo Mantle, toda la presión queda del lado de Nvidia, y puede que G-Sync no sea suficiente para dar batalla. Es cierto: La Radeon R9 290X es un reactor nuclear que puede devorarse 400 vatios bajo carga, pero es lo mejor del mercado hoy, y una ganga en comparación con las tarjetas de la competencia.