Cifrar archivos es un procedimiento fundamental para cualquier usuario que necesite almacenarlos o compartirlos de forma segura. Después de lo que fue la explosión del spygate, son cada vez más las personas que desean agregar una capa de seguridad extra a su contenido. Además de cifrar archivos, la nueva herramienta Quick Crypt también añade a ellos fecha de caducidad, colocando en apuros a cualquier atacante que busque descifrarlos.
Algunos ven a la encriptación comouna simple tendencia o capricho temporal. En realidad, eso es una parte del problema. Todos los sistemas deberían ser seguros desde el principio, pero en la gran mayoría de los casos se requiere una amenaza clara que ayude a visualizar el riesgo. Con la NSA y el GCHQ arruinando la privacidad en la Web, cifrar canales de chat y contenido ya no es una opción, sino una necesidad. A esto debemos sumar un drástico incremento en la cantidad de ciberataques. Aunque las grandes corporaciones son el blanco favorito de elementos maliciosos, lo cierto es que nadie está completamente a salvo. Si has llegado a la conclusión de que debes encriptar ciertos archivos para su distribución, probablemente necesites algo como Quick Crypt.
El aspecto más importante en este programa es el de cifrar archivos con fecha de caducidad. Para activar esta función hay que hacer clic en la pestaña Advanced, y escoger la cantidad de días que el archivo será válido para su apertura. Descifrar el archivo requiere una copia de Quick Crypt, y para ello, el usuario tiene la posibilidad de crear un zip con el archivo cifrado y una copia del programa. Otra función que condiciona aún más el cifrado es utilizar un identificador de sistema, el cual limita la extracción del archivo al ordenador que lo protegió en primer lugar (cuidado con esta opción, ya que si tu sistema se daña, no podrás abrirlos). El resto de las herramientas en Quick Crypt son un sistema de borrado seguro de archivos, un generador de contraseña (sin parámetros de configuración), y un generador de “archivos clave” con extensión .key.
El problema principal en Quick Crypt es que no se trata de un desarrollo open source. Por lo tanto, cualquier usuario interesado en realizar una auditoría sobre su código y comprobar qué tan seguro es se quedará con las ganas, a menos que logre comunicarse con sus creadores y convencerlos de lo contrario. También está el propio aspecto de la fecha de caducidad: Sus creadores no dan ninguna precisión sobre el método de comprobación, pero he intentado adelantar el reloj del sistema y luego retrasarlo, causando que el archivo se niegue a ser descifrado. A pesar de estos detalles, el resto de las funciones hacen que Quick Crypt no pierda utilidad.
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