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¿Qué sucedería si traemos un trozo del Sol a la Tierra?

No sería una idea muy brillante que digamos…

El Sol es crítico para la existencia de vida en la Tierra, pero nunca debemos olvidar que se trata de una esfera gigantesca repleta de furia termonuclear que nos aniquilará por completo dentro de algunos miles de millones de años. Ahora, ¿qué pasaría si fuera posible remolcar un trozo del Sol hasta la atmósfera terrestre? La respuesta definitiva depende de la región a la que pertenece dicho trozo, pero en términos generales podemos decir que asesinaría todo a su alcance.

Los datos disponibles nos indican que el Sol tiene una edad intermedia (aproximadamente 4.600 millones de años), y conservará su estabilidad relativa por otros cinco mil millones, para dar paso a su transformación en una gigante roja que devorará las órbitas de Mercurio, Venus, y tal vez la Tierra. En lo personal, deseo que la humanidad (si aún desapareció del Universo por culpa de otro evento) tenga una muy buena idea sobre cómo evitar ese destino final repleto de fuego y plasma. Mientras tanto… podemos especular con diferentes situaciones apocalípticas, y eso nos lleva al último vídeo publicado por Kurzgesagt. En vez de esperar a que el Sol se vuelva más grande, ¿por qué no traemos un trozo de nuestra estrella madre a la Tierra?

(N. del R.: Recuerda activar los subtítulos en español)

Los efectos dependen directamente de la región solar en la que extraemos esa muestra. Si comenzamos con la cromosfera descubriremos que el pedazo de Sol es en realidad un millón de veces menos denso que el aire, por lo tanto, en términos prácticos sería lo mismo que traer vacío. La presión atmosférica la aplastaría, y el aire llenaría el vacío con una energía equivalente a la de 12 kilogramos de TNT. La onda de choque destruiría vidrios, y en los casos más desafortunados, órganos internos. Si bajamos a la fotosfera, la muestra tendría una presión similar a la de nuestra atmósfera, sostenida por su calor. Su equivalente en TNT asciende a 25 kilogramos, y por apenas un instante brillaría un millón de veces más fuerte que el Sol visto desde la Tierra… para luego envolver al laboratorio en llamas y muerte.

A partir de aquí es cuando el ejercicio se convierte en una muy mala idea. Una muestra proveniente de la zona radiante se comportaría de manera casi idéntica a una bomba termonuclear, arrasando con el laboratorio «y» la ciudad en la que se encuentra. Finalmente llegamos al núcleo. Su poder destructivo sería entre 80 y 100 veces más grande que el de la Bomba del Zar detonada por la Unión Soviética en 1961. Todo en un radio de 300 kilómetros ardería, la onda de choque acabaría con la mayoría de las estructuras en el continente europeo, y el polvo en la atmósfera iniciaría una nueva era del hielo. Adorable.

Escrito por Lisandro Pardo

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