¿Cuántas horas pasas con el smartphone encima? ¿Cuántas veces lo tocas por día y te pierdes a puro scrolling? Lo más probable es que no puedas responder con precisión a estas preguntas, pero la palabra clave es «demasiadas». La gente de AsapSCIENCE nos lleva en un fabuloso viaje para explorar qué le pasa a tu cerebro cuando vives haciendo scroll en el móvil, y lo más importante: Qué sucede si tratas de dejarlo.
Algunas personas simplemente no pueden estar sin su smartphone en las manos viendo… lo que sea. Instagram, TikTok, Twitter, Facebook, YouTube, no importa. Toda nuestra vida digital pasa por esos aparatos, y su influencia es mucho más profunda de lo que pensamos.
Por ejemplo: El usuario estadounidense promedio toca su teléfono 2.600 veces por día. ¡2.600! Enlaces, fotos, vídeos, apps que se abren y se cierran, y por supuesto, scrolling. Kilómetros de scrolling. Ahora, imagina a este usuario tratando de dejar su smartphone, al menos por un rato. La gente de AsapSCIENCE explica que el proceso no será tan sencillo por una razón: Los smartphones cambian nuestros cerebros.
Los efectos del smartphone en nuestro cerebro
Con apenas una hora de pausa, lo más seguro es que el usuario haya tratado de tomar su teléfono tres o cuatro veces, ya que el promedio diario es de 52. Doce horas de abstinencia son suficientes para que la ansiedad lance todo su poder de fuego, cortesía de la hormona cortisol, que es liberada como respuesta al estrés. Veinticuatro horas después, la ansiedad recibe un compañero: FOMO, «fear of missing out» o «miedo a perderse algo», con un aumento en el ritmo cardíaco y la presión sanguínea.
El uso prolongado del smartphone cambia tres vías en nuestro cerebro: La mesocortical, la mesolímbica, y la vía nigroestriada de la dopamina. Todas ellas se activan al anticipar o recibir recompensas, en este caso bajo la forma de updates, notificaciones, likes, pulgares arriba, corazones, emojis, y un largo etcétera.
¿Recuerdas cuando los «arrepentidos» de Facebook hablaban sobre bucles de validación y toques de dopamina? De esto se trata. El scrolling y las interacciones positivas en redes sociales recompensan al cerebro liberando dopamina, y reforzando una asociación muy poderosa en segundo plano: Todo eso sucede al usar el smartphone. Las compañías tecnológicas no sólo entienden esto, sino que han optimizado sus contenidos para explotar el sistema de recompensas en nuestros cerebros. Chequear el smartphone es una actividad de mínimo esfuerzo con recompensas pequeñas pero encadenadas, sosteniendo así el círculo de actividad.
No sólo el cerebro, el resto del cuerpo también
Al tercer día de abstinencia, muchos usuarios reportan la aparición de una «vibración fantasma» en sus bolsillos, pero comienzan a registrarse cambios positivos en comunicación, atención y concentración. Entre cinco y siete días después se produce una mejora en las habilidades cognitivas. De hecho, un estudio publicado por un grupo de investigadores de la Universidad de Waterloo indica que un uso intenso del smartphone estaría asociado a una menor inteligencia.
Una semana sin smartphone se traduce en una calidad del sueño superior. Los expertos aún no están del todo convencidos si el impacto negativo de los dispositivos móviles sobre el sueño se debe a un factor psicológico o a la luz de la pantalla, pero la evidencia sugiere que dormimos mejor. Finalmente, con dos semanas sin smartphones, los niveles de ansiedad y depresión comienzan a ceder, al igual que los dolores en el cuello y las muñecas.