Cada vez que una obra de arte es subastada por una cifra extraordinaria, nunca falta el medio convencional que comparte la noticia con una buena dosis de asombro. Sin embargo, en los últimos tiempos han ganado tracción otra clase de operaciones que involucran a los llamados «Non-Fungible Tokens». ¿Qué es un «Non Fungible Token»? A continuación trataremos de explicar su esencia, y por qué algunos se venden a millones de dólares en la red.
¿«Fungible»…? ¿Con qué se come?
La Real Academia define a «fungible» como algo que se consume con el uso, tomado directo del latín fungi, «gastar». Pero el mundo de la economía describe a un bien o recurso fungible como «algo esencialmente intercambiable, y cada una de sus partes es indistinguible de otra parte». El mejor ejemplo histórico es el oro. Un kilogramo de oro puro es y será un kilogramo independientemente de cómo haya sido fraccionado, y no perderá valor por ello. El dinero tradicional también es fungible: Un billete de cinco euros puede ser cambiado por otro igual, o por cualquier combinación de billetes y monedas hasta alcanzar el mismo valor.
Un bien «no fungible» no es compatible con esa definición. Piensa en La Gioconda, en un coche clásico de colección del que solo existe un ejemplar, o por qué no, un campo. Si bien pueden ser tasados, subastados y adquiridos con dinero, no son mutuamente intercambiables. Y así llegamos al token, que en términos muy relajados, es una forma de moneda virtual que reside en el blockchain y está asociada con un recurso específico. Entonces…
¿Qué es un «Non Fungible Token»?
Un token que representa a un elemento digital único, como una obra de arte. Ahora, el token no es la obra de arte, sino más bien un certificado de propiedad. Y la clave es que no hay dos iguales. El funcionamiento básico de Internet se basa en copias sobre copias sobre copias. Cuando leas este texto, recibirás una reproducción de miles que generará el servidor. En cambio, un Non Fungible Token te vuelve dueño de algo digital, original e irrepetible.
Y están pagando millones de dólares por ellos. ¿Por qué? Los expertos ofrecen cuatro razones:
- COVID-19. Todo es virtual, todo es digital, todo es online y en la nube. Más gente presta atención a bienes y servicios virtuales, y su revalorización es inevitable.
- Algunos «pesos pesados» entraron al mercado, como es el caso de la casa de subastas Christie’s, la Fórmula 1, Nike, y la propia NBA a través de su plataforma Top Shot.
- Criptomonedas. Su valor se disparó en los últimos meses, cortesía de multimillonarios y otros mega-influencers.
- La economía es un caos, y las cosas no fungibles brindan un clásico mecanismo de protección.
Si a eso le sumamos el hecho de que cualquiera puede ingresar al particular mundo de los Non Fungible Tokens, no es difícil entender su explosión en popularidad. Animaciones, dibujos, selfies, muestras de audio, vídeo, momentos históricos en un deporte, armas especiales y skins en videojuegos, terrenos virtuales… si es digital, entonces puede ser un NFT, y estará acompañado de un registro público, verificable e inalterable, que siempre confirme su autenticidad.
Fuente: The Hustle
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