Parece mentira que en plena época de hiperconectividad y redes sociales la gente se sienta tan sola… pero eso es exactamente lo que está sucediendo. Además de causar un gran impacto emocional, la soledad puede tener consecuencias a nivel físico, amplificando los síntomas de enfermedades e incrementando el riesgo de ataques y problemas cardiacos.
Una famosa frase dice «mejor solo que mal acompañado», y aunque suele ser acertada, lo cierto es que la soledad crónica no es algo que deberíamos buscar activamente. Uno de los problemas más serios de la soledad es que no se soluciona por arte de magia «hablando con gente», ya que puedes sentirte muy solo incluso estando rodeado de amigos y/o familia. Además, la edad no es del todo relevante. La soledad tiende a ser asociada como algo que afecta con dureza a los adultos mayores, sin embargo, estudios recientes sugieren que la franja demográfica de 16 a 24 años está siendo devorada por la soledad. Por supuesto, cada persona es diferente, y no es muy difícil encontrar a quienes se sienten más cómodos estando solos, pero sería un error muy grande ignorar los efectos de la soledad, incluyendo los que golpean a nuestro cuerpo.
Este vídeo de AsapSCIENCE presenta el ejemplo de un estudio en el que intervinieron 213 personas. Todos los participantes hicieron una prueba para medir su «escala de soledad», fueron expuestos al virus de la gripe común y aislados en habitaciones de hotel por cinco días. Al finalizar el proceso, aquellas personas que de acuerdo con la escala se sentían más solas, reportaron síntomas mucho más severos de la gripe. Otro aspecto interesante es que la soledad genera una respuesta profunda en el sistema de recompensa del cerebro cuando la persona es expuesta a la imagen de alguien amado o apreciado, una reacción similar a la que produce la comida cuando tenemos hambre (parece ser más deliciosa cuando no es así).
El efecto más grave de la soledad es a nivel celular. Esto incluye un incremento en la actividad de factores de transcripción proinflamatorios, lo que se traduce en un 29 por ciento de aumento en la posibilidad de desarrollar una enfermedad coronaria, y un 32 por ciento de ataques cerebrovasculares. En resumen, la probabilidad de supervivencia entre aquellos con vínculos sociales más fuertes es un 50 por ciento mayor, transformando a la soledad en algo tan letal como fumar 15 cigarrillos diarios, la falta de ejercicio o la obesidad.