El cuerpo se va deteriorando de diferentes modos a medida que gana edad. En algunos casos es posible preservar y/o extender su integridad, pero en otros es directamente inevitable. Un buen ejemplo es el oído. Con el paso de los años, su capacidad de registrar altas frecuencias es cada vez menor. Sin embargo, existen factores externos que pueden reducir dicha capacidad aún más, antes de tiempo. ¿Quieres saber qué tan bien funciona tu oído? Si la respuesta es afirmativa, tenemos un vídeo para ti.
Las discusiones sobre «calidad de sonido» en algunos foros y la ocasional red social han alcanzado una intensidad similar a la de un bombardeo orbital. Al mismo tiempo, tenemos una industria decidida a especular y exagerar con tal de obtener un billete extra, vendiendo productos «premium» por miles de dólares, que en realidad no tienen ninguna influencia.
El problema con todo esto es que cada opinión sobre audio es subjetiva, y eso se debe a una sencilla razón: El oído se deteriora. No sólo debemos lidiar con una pérdida natural de nuestra capacidad auditiva y las trampas en las que cae el cerebro, sino que también existen múltiples factores con el potencial de reducirla aún más.
La pregunta es: ¿Qué tan deteriorados están nuestros oídos en realidad? La Web nos ha ayudado a responder (en parte) a esa pregunta con diferentes pruebas. En el vídeo, los participantes escucharon varias muestras de sonido comenzando en 8 kHz, hasta llegar a los 20 kHz, el máximo teórico posible para el oído humano. Lógicamente, los resultados son muy diferentes entre los participantes, pero de nuestro lado debemos considerar algunos detalles adicionales.
¿Qué quiero decir con eso? Que más allá de su buena voluntad, los videos no son el camino ideal para realizar una prueba de audición exacta. Si obedecemos a la información disponible, YouTube recorta en su proceso de compresión/conversión todo lo que está por arriba de los 17 kHz, o sea que si eres joven y no escuchas nada sobre esa frecuencia, no te preocupes.
La Web ofrece muchos generadores de tonos sin costo, en los que puedes ingresar manualmente la frecuencia deseada. Como siempre en estas situaciones, cualquier duda adicional deberá ser resuelta consultando a un médico otorrinolaringólogo.
