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Proyecto Affetto: El bebé robot quiere un abrazo (vídeo)

Algunos podrán dudar de la existencia del llamado “valle inexplicable”, y reducirlo a una simple teoría, pero cada vez que recibimos una noticia relacionada con un desarrollo robótico proveniente de Japón, ya tenemos una idea de qué va a pasar: Demostrará un avance técnico impresionante, exhibirá una notable capacidad de movimiento, y su apariencia será como la de algo sacado de una película de horror oriental. Probablemente recuerden a Affetto, ya que hablamos de él en febrero del año pasado. En ese entonces era poco más que una rostro, pero ahora, Affetto tiene torso y brazos, y parece usarlos bastante bien…

Aparentemente no puede haber ningún espacio para el error: Si la idea es que “caiga bien”, un robot debe ser y actuar como un humano al cien por ciento. Cualquier desviación, falta de coordinación, imprecisión o “detalle” extra, por más mínimo que sea, tiende a causar una respuesta negativa. Ahora, no hay mayores problemas cuando un robot claramente “es” un robot y actúa como tal. No existen inconvenientes al apreciar que pueden ser (mucho) más rápidos y precisos que nosotros, por el simple hecho de que velocidad y precisión están dentro de sus capacidades, y no tiene nuestras limitaciones biológicas. Pero cuando se quedan en el camino de su “imitación” humana, generan otra clase de sensaciones. Por ejemplo: El vídeo a continuación muestra los avances en el desarrollo del robot-bebé Affetto, proveniente de la Universidad de Osaka. Dura menos de un minuto y medio, pero recomiendo que lo estudien de cerca:

Originalmente, Affetto era solamente el rostro del bebé, pero un torso, dos brazos, y la adición de veinte actuadores neumáticos le permiten moverse como lo hace. Ahora, ¿qué parece más perturbador? ¿El robot cuando está todo desarmado, o cuando le colocan la chaqueta y su rostro? En lo personal me inquieta un poco más lo segundo. De acuerdo al Laboratorio Asada, responsable del robot dentro de la universidad, la idea de que el robot pueda interactuar con el ambiente y la gente que tenga cerca es muy importante para su desarrollo. Affetto está siendo diseñado teniendo en cuenta las mismas condiciones que demandaría un niño real. Por lo tanto, las dimensiones de sus miembros, sus movimientos y sus expresiones, más que necesarias, resultan inevitables.

Usar la robótica para entender el desarrollo humano en etapas tan tempranas no parece ser una mala idea, pero no quedan dudas de que Affetto necesitará mucho más tiempo del que ha tenido hasta ahora, al menos para mejorar ese aspecto especifico. Quien observe lo “estrictamente robótico” del caso, notará que los movimientos de sus brazos son en verdad impresionantes, y aunque los movimientos de cabeza y cuello son más limitados, tampoco están tan mal. A este ritmo, lo más probable es que estemos hablando sobre Affetto dentro de un año, y para ese entonces, ya tenga su cuerpo completo. En ese entonces tal vez veamos si puede salir del valle, o si seguirá como residente allí.

Escrito por Lisandro Pardo

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