Existen muchos servicios VPN en la Web, cada uno de ellos con diferentes precios, características y limitaciones. Entre aquellos que son sin cargo, usualmente el VPN sólo permite un determinado tipo de tráfico, o una cantidad fija de megabytes de transferencia. Sin embargo, en el caso de proXPN, la limitación llega por el lado de la velocidad. Su pico máximo es de 300 kilobits por segundo entre las cuentas sin costo, sin embargo, esto puede ser mucho más práctico en algunos casos que lidiar con un límite en el volumen de datos.
Algunos usuarios pueden cuestionar el hecho de tener que recurrir a una red privada virtual para anonimizar su presencia en la Web. Las conexiones VPN tienen mayor presencia entre empresas que permiten a sus empleados realizar teletrabajo, pero algo tan simple como navegar a través de un WiFi público puede convertirse en un problema sin la protección adecuada. Otro buen uso para una red privada virtual es el del intercambio de archivos, aunque son muy pocos los servicios que permiten transferencias p2p, y por supuesto, tienen un costo agregado. Pero si lo que necesitas es un acceso casual, hay varios servicios VPN gratuitos para explorar. Personalmente he estado usando a SecurityKISS, sin embargo, el límite de 300 megabytes pueden consumirse mucho más rápido de lo que uno puede imaginar, y su cliente no recibe una actualización desde diciembre del año pasado.
Otra muy buena alternativa es proXPN. En vez de limitar la cantidad de megabytes que puedes pasar a través del túnel, proXPN limita las cuentas básicas a una velocidad de 300 kilobits por segundo, o sea, unos 37 kilobytes y medio de pico en la misma fracción de tiempo. No es mucha velocidad, no vamos a negarlo, pero creo que se trata de un modelo más razonable. Si tienes paciencia, puedes hacer prácticamente todo lo que necesites a través de un VPN sin pagar un centavo, y tampoco debemos olvidar que en alguna época hemos navegado a velocidades incluso inferiores a esa. Para los que no estén de acuerdo con ese límite existe el plan Premium, que por una suma que apenas supera los ocho euros mensuales libera la limitación de velocidad y agrega otras funciones como conexión PPTP, personalización de puertos y una lista de servidores más amplia (la versión básica se conecta a Miami).
Después de descargar el cliente y generar una cuenta de usuario, comenzar a usar a proXPN me tomó solamente un par de minutos. La relocalización de la dirección IP parece ser sólida, ya que incluso Hulu funciona bajo el VPN (claro que, esperar el streaming a 300 kilobits provocará que echemos raíces). El único detalle que debo reportar es que Google consideró como “actividad sospechosa” ingresar a sus servicios a través del VPN, algo que me tomó cerca de veinte minutos y una docena de cambios de contraseña corregir, por lo tanto, deberías tenerlo en cuenta. Dejando eso de lado, proXPN funciona, y otro punto importante es que purga sus logs cada diez días, lo cual agrega cierta capa extra de privacidad.