La promesa de los dispositivos vestibles se desdibujó notablemente, y los límites en sus interfaces han tenido un gran impacto. Más allá de lo que piensen sus fabricantes, la mayoría de los usuarios no quiere vivir «apuntando» con sus dedos a una pantalla de dos pulgadas (o menos). La división ATAP de Google presentó una alternativa llamada Soli en junio de 2015, la cual se basa en el reconocimiento de gestos usando tecnología de radar. Hoy, el proyecto necesita operar a mayor potencia para continuar con su evolución, y la FCC estadounidense decidió autorizar ese salto.
Google suele demostrar un rendimiento irregular a la hora de pasar el bisturí y cancelar proyectos. Algunos fueron retirados a pesar de los reclamos de los usuarios (Google Reader viene a la mente), mientras que otros continuaron aún cuando el rechazo fue amplio (Google Plus). Sin embargo, varias de sus iniciativas continúan en segundo plano sin mucha atención de la prensa especializada. Por ejemplo, Google Glass no fue cancelado, sino que encontró una nueva vida como «Enterprise Edition» por fuera del mercado general. Otro proyecto que sigue vivo en las entrañas de Mountain View es Soli, aquel sistema de reconocimiento de gestos basado en mini radares desarrollado por el grupo ATAP. ¿Qué fue lo que hizo Google esta vez?
En esencia, pedir permiso a la FCC para usar más potencia. Google presentó una solicitud en marzo pasado explicando que Soli necesita acceder a una banda de frecuencias más alta de la que autoriza esa agencia, e indicó que los nuevos niveles están a la par de los estándares del ETSI europeo. De hecho, la FCC habría sido uno de los principales obstáculos para la evolución de Soli. Los límites de potencia provocaron problemas de registro, gestos ignorados, y una muy mala experiencia para el usuario. A esto se suma un reclamo hecho por Facebook. Los representantes de la red social destacaron la posibilidad de interferencias con otras tecnologías, pero si alguien esperaba una guerra por esto, terminó decepcionado. Google revisó sus parámetros de potencia en septiembre, Facebook confirmó que no causarían problemas, y la FCC finalmente autorizó el cambio.
Otro aspecto interesante es que el texto original de la FCC habilita «la certificación y el mercadeo» del sensor Soli. Ahora, eso no significa que Google vaya a convertir a Soli en un producto independiente. Es más, creo que podría tener un mejor futuro siendo directamente integrado a relojes inteligentes y smartphones. Sin embargo, la verdadera pregunta es: ¿Necesitamos esto? ¿Acaso el usuario promedio se tomará la molestia de aprender gestos para no tocar una pantalla? El mercado respondió caminando en la otra dirección, o sea, incrementando el tamaño de pantalla en los móviles para ganar comodidad. Me alegra saber que Soli podrá continuar (y tal vez cerrar mi boca más adelante), pero tengo dudas.