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Probando un cargador de baterías… ¡de 1931!

La lógica nos dice que debería terminar envuelto en llamas…

Un cargador de baterías de 93 años, en acción

La Web está repleta de ejemplos con fabulosas restauraciones de televisores y radios a válvulas que aún poseen cables de tela, condensadores/capacitores de papel, y otros componentes con cierta tendencia a la combustión espontánea. Cualquiera nos dirá que es una muy mala idea tratar de encender esos dispositivos después de tantas décadas juntando polvo, óxido y humedad, pero el profesor Carlson de Mr. Carlson’s Lab decidió (para su entretenimiento y el nuestro) correr el riesgo con un cargador de baterías del año 1931…


La electrónica moderna es particularmente frustrante por dos razones: Su alto nivel de integración dificulta las reparaciones, y además debemos luchar con «cajas negras» que no poseen documentación pública. ¿Necesitas el circuito de una placa base o una tarjeta gráfica? Pues buena suerte, porque el fabricante no te dará nada para reparar sus productos.

Sin embargo, las cosas no eran así en el pasado. La electrónica se diseñaba con durabilidad en mente, y no es inusual abrir un viejo televisor o una radio, sólo para encontrar una copia del circuito en su interior, o la lista de válvulas que utilizan. ¿Pero qué sucede con una verdadera cápsula del tiempo? Por ejemplo, este cargador de baterías del año 1931 que el profesor Carlson del canal Mr. Carlson’s Lab colocó en su banco de trabajo. Su reparación/restauración no es imposible, pero en esta ocasión, simplemente decidió encenderlo…


Un cargador de baterías de 93 años, en acción


El año 1931 es sólo un «cálculo educado» para el cargador (aparece en la placa de identificación), y su diseño general sugiere que es aún más antiguo. La carcasa también revela que es un cargador de pared, y todos sus cables externos fueron reemplazados con versiones un poco más modernas.


¡Santos cables desintegrados, Batman! (Arriba y a la izquierda vemos el zócalo para el rectificador Tungar, abajo y a la derecha aparece el zócalo del fusible)

Carlson explica que el cargador necesita un rectificador Tungar (Tungsteno-Argón) y un fusible (ambos ausentes). El diseño general se basa en un transformador gigante y un reactor, o sea que no hay nada de regulación o «inteligencia» aquí, apenas un selector de amperaje y un voltaje sin carga relativamente alto (en el orden de 20 voltios).


… la ausencia de humo y llamas son señales muy positivas (!)

Después de obtener el rectificador Tungar «y» el circuito general, llegó el momento de encenderlo… y aunque parezca mentira, el cargador aún funciona. Los cables hielan la sangre, los sonidos del selector son perturbadores y salen verdaderos gruñidos del interior, pero con la ayuda de una carga falsa (dummy load) llegó a su máximo de 7.5A sin terminar en órbita. ¿Qué es lo que sigue? ¡Restaurarlo, por supuesto!


Escrito por Lisandro Pardo

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