La distro de Linux más famosa de estos últimos tiempos ha alcanzado la versión 8.10 el 30 de octubre pasado. Respetando a rajatabla el intervalo de seis meses que suele haber entre versiones mayores de Ubuntu, Intrepid Ibex (el nombre de esta nueva versión) incorpora algunas cosas nuevas, a pesar de que a simple vista sea muy parecido a Hardy Heron. Veamos qué se trae entre manos.
Ambrosía para geeks
Quienes estuvieran esperando alguna mejora radical o algún cambio significativo en Intrepid Ibex puede que terminen decepcionados, más aún si tenemos en cuenta que no se trata de una versión LTS y su soporte se terminará oficialmente en abril de 2010, un año antes que Hardy Heron para escritorios. Entonces, ¿qué puede hacer que un usuario baje de forma desesperada esta nueva versión de Ubuntu para reemplazar a la 8.04? Tal vez sean suficientes algunas correcciones y mejoras generales que pueden ser consideradas superficiales por algunos, pero que están ahí por una buena razón.
Tanto su forma de instalarse como su velocidad al hacerlo se han mantenido constantes. Para el usuario novato, la instalación por defecto será algo muy sencillo de realizar, apenas ingresando datos como la ubicación para el huso horario o la configuración de teclado. En cuanto al resto, Ubuntu se encarga de detalles más complejos como particiones de disco, aunque el usuario experimentado podrá hacer su voluntad si así lo quiere. El total de tiempo que demandó la instalación estuvo flotando alrededor de los veinte minutos, sin ningún sobresalto.
El escritorio de Ubuntu tiene un nuevo fondo de pantalla, que se parece a una pared a medio terminar o a una mancha de café gigantesca. Hay un nuevo tema disponible, llamado DarkRoom, una variación más oscura del skin por defecto que utiliza Ubuntu, ideal para aquellos que prefieren una apariencia sobria y poco llamativa. No es mucho, pero si quieres cambiar la forma en que Ubuntu se ve, tal vez debas darle una probada.
Lo que tal vez más le interese al usuario avanzado es que Ubuntu incorpora nuevas versiones de varios de sus componentes. Sin ir más lejos, el kernel ha pasado a la versión 2.6.27 y X.org utiliza la versión 7.4, mientras que GNOME aparece en su versión 2.24. En cuanto al resto de los programas, también ha habido actualizaciones. Quien instale Intrepid Ibex podrá contar con GIMP en su versión 2.6, Pidgin en su versión 2.5, y el fundamental Mozilla Firefox, utilizando su última versión 3.0.3. La gran decepción de este paquete viene de la mano de OpenOffice, que aún utiliza la versión 2.4.1. Esta decisión es cuestionable como mínimo, esperábamos ver la versión 3 ya integrada en Intrepid Ibex. Una cosa a tener en cuenta: Si instalas Ubuntu 8.10 en estos días, el total de actualizaciones de paquetes estará en un valor cercano a los 60.
Encriptación, invitados, red y Live USB
Otra función presentada en esta nueva versión de Ubuntu es la de las carpetas personales encriptadas. Aquellos preocupados por la seguridad estarán felices de poseer esta alternativa, pero lo cierto es que se trata de una función complicada de activar, tanto que puede encontrarse más allá de las capacidades del usuario promedio. Ubuntu se ve muy bien y es muy fácil de usar, pero si para crear una de estas carpetas hay que abrir la terminal y escribir sentencias, entonces ya no es tan agradable. El paquete a instalar a través de la terminal se llama ecryptfs-utils, y como con casi todo, va con un sudo por delante. Para terminar de configurar la encriptación, deberás ejecutar el comando ecryptfs-setup-private.
En caso de que compartas tu ordenador con alguien más y tengas miedo de que ese alguien lo haga volar por los aires, ahora Ubuntu incorpora la opción de una sesión para invitados. Esto no es más que una sesión con funciones reducidas, como poder revisar el correo electrónico y a navegar por la red. Ubuntu bloqueará cualquier operación que considere "comprometedora". Probamos esto al querer correr un sudo su en la terminal, acción por la cual Ubuntu nos sacó a las patadas.
Ubuntu 8.10 se perfila como una de las versiones más amigables hacia las netbooks y las conexiones inalámbricas. Gracias a la utilización de un nuevo kernel, se ha ampliado la compatibilidad de hardware con muchos dispositivos wireless (lo que puede evitar a muchos aquellas batallas épicas contra el ndiswrapper), mientras que toda la sección de redes se mantiene agradable e intuitiva. Especificar un IP manual para nuestra tarjeta de red fue muy sencillo, pero en donde realmente brilla esta sección es junto a dispositivos con capacidad 3G.
Para terminar, distribuir Ubuntu es aún más fácil que antes. La versión 8.10 incorpora una utilidad que te permitirá instalar Ubuntu en un dispositivo USB, como por ejemplo un pendrive. Con esta utilidad podrás especificar si deseas que los cambios queden almacenados en el pendrive o si deben ser descartados al finalizar la sesión. Como la operación se basa en el disco de instalación (o la imagen ISO) de Ubuntu, se recomienda al menos contar con un pendrive de 1 GB de capacidad.
En conclusión, la versión 8.10 de Ubuntu se ve bastante sólida, con algunas muy buenas razones para realizar la actualización como las mejoras en su compatibilidad wireless y 3G. Por otro lado, todavía se le notan algunos bordes filosos como la función de carpetas encriptadas, y ciertos berrinches a la hora de instalar esta versión bajo un entorno virtualizado. Fuera de eso, si eres de quienes instalan una nueva versión de Ubuntu apenas sale, puedes hacerlo sin problemas. Es poco probable que encuentres algún inconveniente en el camino, pero si lo encuentras, suponemos que ya estarás acostumbrado/a a resolverlos. Ahora, si te sientes realmente cómodo/a con la versión 8.04 y sabes que no obtendrás ningún beneficio directo de las mejoras que trae Intrepid Ibex, entonces puedes tomarte tu tiempo si lo deseas, y esperar a que Intrepid esté un poco más pulido. Después de todo, si hay algo que puedes hacer con el código abierto, es elegir.
¡Buena suerte!