Después de mucho tiempo, Microsoft demuestra que en la frontera de los navegadores aún hay movimiento, y en lo que parece ser un intento de tentar a los usuarios a seguir usando Internet Explorer, ha hecho pública la beta 2 de la próxima versión 8. Después de los problemas que le hemos visto a la versión 7, es hora de comprobar qué tan refinada se encuentra esta beta, y cuánto camino tiene por delante.
Desde tiempos inmemoriales, a través de más de media docena de versiones de Windows, siempre ha habido un Internet Explorer a la mano del usuario. Con algunas muy buenas versiones lanzadas, entre ellas la versión 6 que viene por defecto con Windows XP (se calcula que poco menos de la mitad del mercado que tiene Internet Explorer actualmente pertenece a la versión 6) el navegador de Microsoft llegó a tener un nivel de dominio aplastante en el mercado de navegadores, superando el 94%.
Entonces, ¿qué sucedió? ¿Cuál fue el problema? ¿Dónde estuvo el error que colocó en picada a Internet Explorer hasta caer por debajo del 80%? Si nos limitamos a pensar que en estos días estamos ante una especie de movimiento anti-Microsoft, con miles de usuarios levantando sus puños en señal de rebeldía y buscando constantemente versiones alternativas para todos sus programas, estaríamos en un error. No se puede negar que la prensa en general siempre agrega una pizca de paranoia en estos casos, al punto de creer que hasta el aire que respira Microsoft se vuelve malo. Sin embargo, tampoco se puede negar el declive en la calidad de sus productos. Muchos creen que Windows Vista está a la cabeza de este declive, pero lo cierto es que el sistema operativo insignia de Microsoft apenas fue la tapa de la cacerola que salió volando por los aires debido a la presión. Si nos limitamos a Internet Explorer 7, los números generados en nuestras pruebas fueron testimonio suficiente. Con la cantidad abrumadora de recursos con los que dispone Microsoft, crearon un navegador tecnológicamente inferior a los elementos que conforman la competencia principal. Y más allá de las molestias o del fastidio, también hace que nos preguntemos qué está pasando entre los pasillos de Redmond.
Al menos, hay cierta sensación de progreso. Aquellos encargados de darle forma a Windows 7 están cada vez más activos, y después de un intervalo bastante prolongado, Microsoft decidió hacer pública la nueva beta 2 de Internet Explorer 8. De momento sólo se encuentra disponible en cuatro idiomas: Inglés, alemán, chino simplificado y japonés. En cuanto a sistemas operativos, Windows XP, Windows Vista, Server 2003 y Server 2008 pueden recibirlo. Instalamos la versión en inglés, conociendo algunas de las consecuencias que puede traer instalar en un idioma diferente algo tan crítico como Internet Explorer. Hasta ahora, nuestra instalación de Windows no ha explotado, pero ya veremos.
La descarga fue de apenas 16 MB, y no tuvimos ningún inconveniente. Aún utilizando a Windows XP con una base de IE 6.0, el nuevo navegador se instaló sin problemas. Como era de esperarse, el instalador ofreció tanto realizar actualizaciones de todo el sistema, como adherirnos al programa de experiencia del usuario. De momento, declinamos ambas opciones.
Lo primero que verás es a Internet Explorer proponer el uso de un nuevo sistema llamado Suggested Sites (Sitios Sugeridos), el cual trabaja a partir de tu historial de navegación, para hacer rápidas sugerencias de páginas web. Junto a esto, podemos ver la Smart Bar, que se despliega con cada escritura parcial o total en la barra de dirección. Parece que las sugerencias se han vuelto algo popular entre los navegadores. Firefox 3 tiene a su AwesomeBar, que provocó halagos y críticas por igual, y ahora Internet Explorer propone estas dos cosas. Desde un punto de vista personal, no utilizo el historial en ningún navegador, por lo cual Suggested Sites y Smart Bar no me son útiles. Si eres de quienes purgan la información personal al salir del navegador, tal vez estas funciones no te sirvan de mucho, pero lo que viene sí.
Lo que viene se llama InPrivate, una función que permite al usuario navegar sin que Internet Explorer almacene información de su actividad, desde cookies hasta archivos temporales. Se la puede invocar con la combinación CTRL+Shift+P, o directamente acceder a ella a través del menú de herramientas. También existe la opción para personalizar a InPrivate, especificando qué páginas deben ser bloqueadas. Esta función definitivamente nos gustó, lo único que faltaría es una opción para dejarla activa siempre por defecto.
En su momento, la ausencia de otros proveedores de búsqueda (o mejor dicho, el estar obligados a usar Live Search) generó bastante revuelo, por lo que decidimos ver qué ofrecía Internet Explorer 8 en ese aspecto. Por suerte, agregar a Google como buscador por defecto no generó ningún problema, y puedes elegir entre una interesante lista disponible, o utilizar otro buscador que no esté en la lista, siguiendo unos simples pasos.
Hasta aquí vimos a la beta bastante sólida, pero no podemos dejar de realizar algunas pruebas. Decidimos realizar las mismas tres que usamos en el enfrentamiento de navegadores, para que todo sea más lógico. Sin embargo, nos topamos con algunos problemas, que pasaremos a mencionar.
Por el lado de Acid3, no esperábamos muchas mejoras. Las declaraciones de Microsoft con respecto a esta prueba siempre fueron un poco despectivas, y la manera en que Internet Explorer maneja los estándares siempre fue castigada por Acid3. Una vez más, vemos resultados similares:
Once puntos de mejora, pero lejos de los otros navegadores. Para compensar posibles problemas de presentación de páginas, Internet Explorer ofrece el modo de compatibilidad, representado por el icono de una hoja partida al medio. Lamentablemente, este modo de emergencia no logra su cometido en todas las páginas, y al mismo tiempo nos deja pensando. ¿Qué necesidad hay de un modo de compatibilidad? El simple hecho de que exista puede dar a entender que Microsoft pretenda que todos adapten sus páginas al nuevo navegador, cuando lo lógico, y lo correcto, sería exactamente lo contrario. Al mismo tiempo es entendible que se sacrifique retro-compatibilidad en pro de mejoras sustanciales. Tal vez las betas futuras de Internet Explorer puedan equilibrar un poco más esta balanza.
La prueba de renderizado CSS mejoró por un lado, pero empeoró por el otro. El promedio de tiempo bajó a poco más de 570 ms, altísimo en comparación con otros navegadores, pero mejor que la versión 7. Lo que nos dejó rascándonos la cabeza (y no de sucios) fue que tardara tanto en cargar la página de prueba: ¡17 segundos! No está claro con qué incompatibilidad nos topamos aquí, pero habrá que tenerla en cuenta para comprobar futuras versiones.
La prueba de consumo de memoria tuvo que ser alterada ligeramente. En la prueba original abrimos siete pestañas, pero en esta ocasión sólo pudimos utilizar tres: Microsoft, Apple y Google. ¿Por qué? Fue muy extraño, pero Internet Explorer 8 se rehusó de pleno a abrir la página de Opera, y Yahoo no reconoce el navegador, presentando sólo su versión reducida. En comparación directa con Firefox 3, vemos que esta beta ha mejorado mucho en relación con la versión 7. En total, la lectura del Administrador de Tareas muestra un consumo combinado de poco más de 53 MB. ¿Por qué decimos combinado? Porque siempre hay dos procesos de Internet Explorer. Este nuevo sistema de acoplamiento busca hacer al navegador más estable, separando el proceso de una pestaña por un lado, y del resto del navegador por el otro. Así que, si ves dos procesos, no te preocupes.
Saliendo ya de las pruebas numéricas, nos queda por mencionar que si bien no tuvimos ningún cuelgue, todavía queda algo de trabajo por realizar en la detección y presentación de páginas. Como mencionamos antes, Yahoo sólo abrió su modo reducido, no pudimos ver la página de Opera, y hasta hemos tenido problemas con páginas de Microsoft. ¿Un ejemplo? En realidad tenemos dos, un error de texto en la página de compra en línea de Office 2007, y en un aspecto más grave, Windows Update. Mientras Internet Explorer 8 estuvo instalado, no pudimos acceder a Windows Update en XP (Vista trabaja de forma diferente). Para finalizar, leímos varios reportes de problemas con la desinstalación de esta beta. En nuestro caso no tuvimos inconveniente alguno, y pudimos regresar a la versión 6 de XP tras un reinicio. Lo único que podemos recomendarte en este punto es que, si tu intención es instalar el Service Pack 3 de Windows XP y luego la beta de Internet Explorer 8, instales primero el Service Pack, y luego el navegador. Caso contrario, puede que te encuentres con el hecho de que no puedas removerlo.
Lo único que se nos ocurre para describir el estado actual de Internet Explorer 8 es le falta, pero viene bien. La mejora en consumo de memoria y la inclusión de la función InPrivate son dos cosas importantes a tener en cuenta. Ha avanzado un poco en cuanto a respetar estándares web, pero la existencia del modo de compatibilidad es indicio de que habrá algunos problemas con ciertas páginas. Todo queda en manos de la próxima beta (si es que sale al público) y de la versión final, programada para finales de este año. Si un trabajo eficiente y un poco de suerte acompañan a Microsoft, puede que en un par de meses estemos hablando de la mejor versión de Internet Explorer jamás hecha. ¡Buena suerte!