Con la versión 3 de Firefox golpeando la puerta para que la dejen salir, la gente de Opera lanzó, de manera muy discreta, la última versión de su navegador. Lo descargamos, y navegamos un rato con él para ver cómo funciona.
Sería muy raro pensar que se trata de una simple coincidencia, pero varios de los navegadores usados hoy en día están recibiendo actualizaciones de gran envergadura en este mes de junio, mientras que las empresas desarrolladoras no paran de lanzar halagos a sus nuevos juguetes, mencionando cosas como velocidad y estabilidad. Microsoft está tratando de lanzar la versión 8 del Internet Explorer lo antes posible (aunque aún no salió de estado beta), mientras que Firefox 3 ya tiene una fecha de salida del 17 de junio. El frente Apple tampoco ha cesado su actividad, mostrando indicios de su nuevo Safari 4, y la promesa de un aumento de velocidad del 53%.
Y por otro lado, un poco escondida de los flashes y las celebridades, la versión 9.5 de Opera surgió en la red. Una de sus apariciones más resonantes se debió a su puntaje perfecto en la prueba Acid3, pero más allá de eso, no hubo demasiado ruido. Hay que ser sinceros: Muchos estudios mencionan que Opera ocupa menos del 1% del espectro de navegadores a nivel mundial, pero su presencia es muy fuerte en dispositivos móviles, y también tiene versiones incorporadas tanto en el Nintendo DS como en el Nintendo Wii. Aún así, quienes han probado las betas han hablado muy bien de esta versión, así que lo descargamos (apenas siete megas de instalador para la versión en inglés, excelente), lo instalamos, y nos pusimos a navegar.
Por defecto, Opera nos entrega una apariencia muy atractiva, sin cambios demasiado bruscos en comparación con otros navegadores. Por supuesto, se pueden ver a simple vista algunos botones únicos en este navegador como el de Paneles y la Varita, pero se puede personalizar sin ningún problema. De hecho, se puede desactivar este skin que viene en Opera por defecto, y pasar su apariencia a la nativa de Windows. Con un par de ajustes, pudimos quitar el skin, y algunos de los botones de la barra, además de reducir su tamaño.
Al abrir una nueva pestaña (Ctrl+T, igual que en el Firefox), nos encontramos con el Speed Dial. El Speed Dial no es otra cosa que un concentrador de accesos directos a tus páginas favoritas. Si tienes la costumbre de visitar cierta cantidad de páginas todos los días, puedes ahorrarte el tipeo de cada una de ellas, asignándole una ranura en el Speed Dial. En el caso de que no te interese esta función, tienes la posibilidad de hacer clic en la opción Hide Speed Dial, y obtener una pestaña en blanco común y corriente. Esto puede ser útil para aquellos que detestan navegar entre una interminable lista de Favoritos, y prefieren tener más a la mano a sus páginas predilectas. Indagando un poco más llegamos al menú de Propiedades, y encontramos múltiples opciones para poder configurar en el navegador. Algunas de ellas son especialmente útiles para ajustar el rendimiento de Opera, y hacerlo funcionar un poco más rápido. Los que busquen un nivel de configuración más avanzado, lo van a encontrar escribiendo opera:config, equivalente directo al about:config de Firefox.
Un punto que llenaba de orgullo a los desarrolladores del Opera era el haber logrado un puntaje perfecto en la prueba conocida como Acid3, que comprueba qué tan bien un navegador sigue los estándares web existentes. Hasta hace poco, esta prueba era una devastadora picadora de carne, pero tanto versiones de Safari como de Opera lograron un puntaje ideal. Sin embargo…
Nos encontramos con esto. Tras un poco de reflexión, decidimos darle otra oportunidad ya que la prueba Acid3 requiere que el navegador esté usando su configuración por defecto, y nosotros ya habíamos cambiado algunos parámetros. Borramos el archivo opera6.ini del perfil (instrucciones sacadas de la página de Opera para volver al navegador a su configuración original), y corrimos la prueba de nuevo:
Esto se repitió tanto en Windows Vista como en XP. Nuestra curiosidad (y una pizca de perplejidad) nos llevaron a uno de los canales IRC oficiales de Opera, y preguntamos por qué el puntaje de la versión final era más bajo. Lo único que logramos fue que nos remarcaran de manera muy amable el carácter experimental de la versión que obtuvo un puntaje perfecto de Acid3, y que una puntuación de 83 es la mejor entre todos los navegadores con versión final hasta la fecha (lo cual es cierto). Aún así, correr la prueba Acid3 era lo primero que queríamos hacer con esta versión de Opera, y el 83 de puntaje nos dejó rascándonos la cabeza (y eso que no estamos sucios). O los desarrolladores deben haber tenido una muy buena razón para lanzar una versión final con un puntaje menor, o simplemente, no le dan tanta importancia a la prueba en sí. De todas maneras, la velocidad de renderizado de las páginas es muy buena, y se siente muy cómodo navegar en esta versión de Opera.
Una cosa que parece dejar en claro esta versión de Opera es que se trata de algo más que un simple navegador. Funciones extra integradas al mismo extienden su utilidad más allá de visitar simples páginas. Las dos funciones más destacables son el cliente de correo electrónico, y el poder entrar a canales de IRC sin salir del navegador. Ambas funciones requieren una previa configuración (especialmente el correo y las cuentas POP3), pero no es nada complicado gracias al Asistente que sale al rescate. Todo se acopla perfectamente a la ventana del navegador, y aún teniendo acceso a cualquiera de las pestañas que el usuario pueda tener abiertas.
Y tanto el uso de pestañas como el tener varias cosas abiertas dentro del navegador, nos llevan a su consumo de memoria, punto de debilidad para la versión 2 del Firefox, aunque también se cuestionan las tendencias Pac-Man que suele tener el Internet Explorer 7. Lo estuvimos usando unas tres horas y media, pasando de páginas repletas de Flash a simples textos HTML, contando dos canales de chat, y una visita a YouTube. El promedio se mantuvo alrededor de 50 MB de memoria, y nunca lo vimos pasar los 67 MB en el tiempo que lo usamos. Al minimizarlo, Opera devolvió al sistema casi toda la memoria que estaba usando, para luego dar un leve salto, y colocarse entre los 13 y los 15 MB. No está mal, pero creemos que actualizaciones futuras podrían ajustar aún más estos números.
Los números indican que el Opera tiene un largo camino por delante si quiere hacerse con un lugar decente dentro del mercado de los navegadores, pero con lo que hemos visto en esta versión final 9.5, la gente de Mozilla Firefox, además de mirar hacia arriba e intentar destronar al Internet Explorer, deberá dar de tanto en tanto una rápida mirada hacia abajo, y no descuidarse. ¡Buena suerte!