El premio Loebner fue para un programa de inteligencia artificial denominado JoanLa competencia de inteligencia artificial (IA) se basa en un test de Turing, que sugiere que los ordenadores pueden ser vistos y considerados “inteligentes” si su charla puede pasar absolutamente desapercibida entre humanos.
Joan, tal el nombre del programa, es una “escritora de 26 años” que existe únicamente en un servidor de Icogno, la empresa que lo ha desarrollado. El año pasado Icogno también obtuvo el premio por un programa de IA denominado George.
Los desarrolladores de George y Joan dicen que la gran diferencia entre ambos es que Joan ha aprendido de la gente, y a podido incluso crecer y “madurar” gracias a las charlas tenidas en ese lapso. Joan es uno de los primeros bots del estilo Jabberwacky, que aprenden y adquieren sus dotes al hablar con humanos en salones de chat. De modo que los modelos de IA adquieren dichos y formas de hablar de cientos de personas, tal vez miles, con lo que se va logrando en ellos una personalidad muy compleja.
Los investigadores aseguran que cuanto mas hardware tengan detrás estos “personajes” mayores capacidades desarrollarán como “humanos”. En Icogno aseguran que si tuvieran todo el hardware que tiene una empresa como Google, sus “bebés” podrían crecer a un ritmo desenfrenado.
Para el equipo de desarrolladores de Icogno los programas de IA podrán ser completamente reales para 2016, es decir que dentro de diez años un humano no podrá distinguir si del otro lado del mundo quien chatea es humano o un programa de IA.
Premio de Inteligencia Artificial para una firma británica
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