Nadie quiere creer en ello, pero está por todos lados, incluso la Biblia misma tiene un libro entero sobre el Apocalipsis. El fin del mundo (como lo conocemos) se ha anunciado incontables veces. ¿Cómo podríamos sobrevivir el “día después”?
Existen diversas amenazas y teorías que apuntan al fin de los días. Podríamos ser asolados por grandes epidemias, ser víctimas de nuestra propia tecnología en rebeliones robóticas, sufrir el impacto de un gran meteorito o no sobrevivir a los desastres naturales. Lo cierto es que nuestro mundo acabará un día, tan cierto como que todos morimos, cuando el sol se apague. Aunque es muy factible que aceleremos el proceso de extinción con guerras nucleares. Y el panorama de lo que sobrevendría es casi indiscutible: la desolación. Ante uno de estos eventos, los que sobrevivan (si alguien sobrevive) deberán enfrentar un mundo inhabitable, seguramente radioactivo, casi sin agua ni aire limpio para respirar, escasos o nulos recursos naturales y una temperatura insostenible por el cuerpo humano. Un planeta de tierra y arena que azotaría sin piedad a cualquier criatura que osara recorrer su desértica superficie. Para ese entonces, es probable que existan ciudades bajo tierra. Y al amparo de sus casas subterráneas, todos los sobrevivientes deberían contar con herramientas esenciales para que la raza prevalezca.
Recursos Naturales
Aire, agua y alimento: la materia indispensable para todo ser humano. La casa post-apocalíptica básica debería contar con los medios para proveernos de forma constante. Una habitación del dulce hogar estaría dedicada a un jardín acondicionado, capaz de crear la cantidad de oxígeno suficiente para una familia completa. A su vez podríamos poner a buen uso el dióxido de carbono que exhalamos con un dispositivo capaz de convertir el CO2 en combustible. La escasez de agua sería resuelta a través de la refrigeración de la humedad del aire con molinos especialmente diseñados, y luego se utilizarían microbios para purificarla (considerando que quede alguna fuente de agua aunque contaminada). Como segunda medida, contaríamos con un sistema de reciclaje en los baños para convertir nuestra orina en agua bebible, y nuestros deshechos en comida. Pero puede que esta última opción sea evitable gracias a la bóveda que se está construyendo en Noruega. Si llega estos días, podría propagarse en pequeñas despensas de semillas por cada hogar subterráneo.
Energía
Una fuente de energía sería la esencia absoluta de nuestra supervivencia. La energía suficiente para mantener nuestros hogares refrigerados, para reciclar el aire y potenciar todos nuestros medios de supervivencia.
El sistema que todo hogar que se precie debería tener, es el de “gasificación del plasma”, capaz de transformar cualquier tipo de basura en energía eléctrica e hidrógeno. Claro que se necesitaría una energía primaria para que este sistema funcione, y ésta podría obtenerse a través de un generador eólico que aproveche los fuertes vientos de la superficie. Para dispositivos más pequeños podrían utilizarse sistemas a baterías recargadas por azúcar u orina. Otra fuente de energía muy útil sería la sugerida por el MIT del generador a pedal, aunque esto debería ser cuidadosamente equiparado a la necesidad de consumo de oxígeno y agua para los ciclistas que generen la energía consumiendo la propia.
Iluminación y refrigeración
Finalmente, nuestro cálido hogar debería contar con un sistema de iluminación aprovechando la luz de la superficie y un buen uso de los materiales de reflexión para evitar el calentamiento de la vivienda. Proyectos como el de “Glass House” o la “Ciudad Polar” propuesta por Dan Bloom ya están encaminados a desarrollar las mejores formas de aprovechar los recursos, reciclarlos, y lograr un ambiente habitable de bajo consumo.
Todas estas soluciones ya están siendo investigadas y algunas de ellas ya se están desarrollando, lo que puede darnos la tranquilidad que los hijos de los hijos de los tatara nietos de nuestros hijos tendrán una supervivencia asegurada. Aunque es claro que eso puede no mitigar la ansiedad de imaginar a la humanidad viviendo una realidad así. Pero quién sabe, quizás tu progenie sea superhumana y pueda convertirse en el verdadero Mad Max o imitar tus heroicas acciones en el Fallout. Pero asegúrate de dejar estas bases en el arcón de tu familia, para que tu descendencia esté prevenida y sepa cómo acondicionar el hogar post-apocalíptico ideal hasta el momento en que pueda salir a la superficie a salvar a la humanidad.