El sistema de posicionamiento global ha cambiado la vida de millones de personas, a través de múltiples aplicaciones tanto en el entorno civil como el militar. Aún así, el GPS como lo conocemos no es perfecto, y cuando tiene problemas puede llevar a situaciones muy peligrosas, a menos que se lo complemente con una nueva tecnología como el acelerómetro cuántico, desarrollado por el Ministerio de Defensa del Reino Unido.
Al conducir un vehículo terrestre, el hecho de que el GPS posea un margen de error de algunos metros no parece tan importante. Después de todo, una diferencia de 20 o 30 metros (en un mal día) sigue dejando al conductor en la misma calle. Pero la historia es muy diferente cuando se desplaza algo mucho más delicado, como por ejemplo un submarino. El GPS es completamente inútil bajo el agua, y si no logra al menos una fijación en 24 horas, el submarino podría acumular errores de posicionamiento de hasta un kilómetro. En aplicaciones militares, esto roza lo inaceptable, por eso no nos extraña saber que existen desarrollos en los que se está explorando la posibilidad de complementar al GPS, o por qué no, reemplazarlo. En el laboratorio DSTL (Defence Science and Technology Lab), bajo el ala del Ministerio de Defensa del Reino Unido, trabajan sobre los llamados acelerómetros cuánticos, que en teoría serán mil veces más precisos que el GPS.
El sistema utiliza una serie de rayos láser para enfriar en vacío una cierta cantidad de átomos de rubidio (un millón por cada láser), hasta rozar el cero absoluto. Bajo ese estado, los átomos se vuelven particularmente sensibles a fuerzas exteriores (el propio movimiento del submarino en el mar), y con un rayo láser adicional, es posible rastrearlos. Este láser busca cualquier cambio causado por la perturbación, un detalle crítico que permitirá calcular la intensidad de la fuerza externa, y en consecuencia, posición y dirección. El primer prototipo será presentado en septiembre de este año, pero trabajará inicialmente con un sólo eje. Las primeras generaciones del dispositivo ayudarán a entender más los mecanismos del posicionamiento cuántico, y una vez que el nivel de refinamiento sea suficiente, comenzarán con la miniaturización.
Claro que, todavía quedan muchas cosas por resolver. El posicionamiento cuántico soluciona ciertos problemas, pero crea otros nuevos. Tal y como lo explica Edward Hinds, del Centro para Materia Fría en el Imperial College London, si un submarino pasa cerca de un monte submarino cuyo campo gravitacional genera una atracción hacia el oeste, el sistema podría registrar esto como una falsa aceleración hacia el este. En otras palabras, el posicionamiento cuántico necesitará “mapas de gravedad” muy precisos, y parámetros de compensación robustos para que sus lecturas sean correctas.