Las “demakes” de ciertos juegos pueden ser interpretadas como un “tributo” a los creadores originales, pero también son una prueba de habilidad. Una plataforma muy popular entre los entusiastas de las demakes está en la serie de calculadoras desarrolladas por Texas Instruments. En esta oportunidad, se trata de la TI-83 Plus (que dicho sea de paso, fue lanzada en 1999), y el juego en cuestión es un verdadero clásico de la gente de Valve: Portal.
Si hay una cosa que debo decir a favor de Valve en lo que se refiere a Portal y Portal 2, es que ambos juegos han funcionado muy bien en todos mis sistemas, que a decir verdad no están cerca de lo que se puede designar como “alta gama”. Esa es apenas una prueba más de que cuanto más profunda es la optimización, mejores son los resultados. En estos días, el hardware es muy poderoso, y eso hace que muchos programadores se tomen ciertas “libertades”, dejando que el hardware haga el trabajo duro. La idea de una “demake” no es muy popular en la industria general, pero muchos programadores las utilizan como un “ejercicio mental” para pulir sus habilidades.
El ejercicio mental de Alex Marcolina ha durado tres años, pero en el vídeo han podido apreciar el resultado final: Una versión especial de Portal en una calculadora TI-83 Plus. El título oficial del juego es “Portal: Prelude”, y nos cuenta la historia de un sujeto de pruebas mucho antes de que GLaDOS liquidara a todos con su neurotoxina preferida. En total, el juego está compuesto por 38 niveles, a través de los cuales el jugador deberá exprimir al máximo la física de los portales (muy bien lograda, debo agregar) y utilizar diferentes objetos para abrirse camino. Todo eso, con 25 kilobytes.
Cuando aparecen desarrollos como este, siempre queda la pregunta de fondo: “¿Por qué?” ¿Por qué reproducir un videojuego en un entorno de software y hardware tan limitado? Y la respuesta principal no es otra más que otra pregunta: “¿Por qué no?” Es a través de esas limitaciones que un programador descubre diferentes caminos para optimizar su código, para doblar reglas y quebrarlas cuando es posible. También hay accidentes, “buenos” accidentes, como por ejemplo el campo de estrellas en Cosmic Ark para la Atari 2600. Código más limpio, funciones no documentadas, un perfil más “artístico” si se quiere. Más con menos, algo que muchos “neo-programadores” no parecen entender. Si Marcolina puede ejecutar Portal en una calculadora TI-83 Plus, la próxima vez quisiera ver qué logra desarrollar con más recursos.