Imagino que te ha sucedido en más de una ocasión: Tu dispositivo se conecta perfectamente a la red WiFi local, y a la hora de navegar… nada. Te desconectas, lo intentas de nuevo, y el resultado es el mismo. Para la mayoría de los usuarios, el WiFi es sinónimo de Internet, pero la verdad es un poco más complicada. Si descubres que necesitas explicarle a alguien por qué puedes estar conectado al WiFi sin acceso a Internet, esto te ayudará.
WiFi ≠ Internet
Todos los técnicos en informática conocen esta historia: El cliente explica por teléfono que «su PC no arranca», pero los siguientes cinco minutos son consumidos en un clásico ritual para tratar de entender a qué se refiere, y no siempre tenemos éxito.
Con Internet sucede algo similar. «No tengo Internet» es probablemente una de las expresiones más genéricas que hemos escuchado. Algunos de nuestros lectores llegaron a compartir que sus clientes no tenían Internet, cuando lo que faltaba era Google como página principal en el navegador. Y así llegamos al WiFi, o mejor dicho, al «WiFi sin Internet» que toma por sorpresa a más de uno. ¿Por qué puedes estar conectado al WiFi sin acceso a Internet?
Conectado al WiFi sin Internet: ¿Por qué?
En términos muy relajados (y que tal vez le darán un ataque a un administrador de redes), el router WiFi necesita trabajar con «algo». Obviamente, la tecnología WiFi en su conjunto es mucho más compleja (seguridad, sincronización, negociación, canales, etc.), pero si ese «algo» no se encuentra disponible… entonces no hay demasiado para hacer que digamos. Si bien los dispositivos se conectan sin dificultades a la red WiFi de un router, cuando el router tiene las manos vacías, no sucede nada.
La confusión surge al asociar el «WiFi» con «Internet». De la misma forma en la que millones de usuarios creen que «Google-es-Internet» y piensan que no pueden navegar si no ven al buscador, también concluyen que «si hay WiFi hay Internet». Lamentablemente, eso es incorrecto.
¿Qué podemos hacer?
Averiguar por qué no hay Internet y volver a conectarse, por supuesto. Tal vez el módem/router está colgado, perdió la sincronización, o el proveedor se encuentra realizando mantenimiento. Puede haber un error de configuración, una falla en los DNS, o una descarga masiva que consume el ancho de banda disponible.
Las posibilidades son muchas, pero el truco más básico sigue siendo el más efectivo: Reiniciar el módem/router «y» los dispositivos inalámbricos. Este proceso elimina la mayoría de los conflictos, y restaura la conectividad en un tiempo razonable. Si eso no ayuda deberás excavar un poco más profundo, pero es un buen punto de partida.