Algunos desarrollos robóticos son muy avanzados, y parecen estar a una distancia enorme de lo podría lograr un entusiasta en su hogar. Sin embargo, el proyecto Poppy nos enseña a un diseño complejo, pero que al mismo tiempo puede ser reproducido casi en cualquier parte, gracias a sus partes creadas con impresoras 3D, y a su perfil open source.
Después de ver a los participantes del Robotics Challenge organizado por DARPA, no quedan dudas de que semejante nivel en robótica surge de laboratorios repletos con expertos en la materia. Pero si he aprendido algo en los últimos años, es que la robótica no discrimina. El conocimiento supera todas las barreras, y a la hora de aplicarlo, no importa si estamos en una universidad o en un garaje. Recuerdo especialmente al MorpHex y al PhantomX (que todavía me da escalofríos) de Kåre Halvorsen, ambos con una calidad impresionante. Cualquiera que desee dar sus primeros pasos en el mundo de la robótica tiene varios kits a su disposición, y una vez que se haya adquirido la experiencia suficiente, resulta inevitable dar el salto hacia proyectos más avanzados. Uno de ellos es el robot humanoide Poppy, desarrollado por el Laboratorio Flowers del Instituto Francés para la Investigación en Ciencias de la Computación y Automatización (INRIA), y la Escuela Nacional Superior de Técnicas Avanzadas (ENSA ParisTech).
Poppy mide 84 centímetros de alto, pesa 3.5 kilogramos, posee un total de 25 actuadores inteligentes, dos cámaras en su frente, una pantalla LCD, y una unidad inercial. Su diseño trata de copiar las proporciones del cuerpo humano, y sus piernas han sido especialmente preparadas para desplazarse “de pie”, aunque en el vídeo es posible apreciar que necesita que lo lleven de la mano para no caerse. Su software está basado en la librería PyPot, que fue escrita en Python, lo cual permite acelerar fácilmente su desarrollo. Aún así, los aspectos más importantes de Poppy son dos: La gran mayoría de sus partes fueron creadas con una impresora 3D, y también es open source. En otras palabras, cualquier persona interesada en realizar la inversión inicial (cerca de 7.500 euros) podrá ensamblar un Poppy en su hogar. Casi me atrevería a decir que Poppy se ve “tierno”. ¿Tú qué crees?