Hagamos un poco de memoria: Primero nos encontramos con CHIP, un miniordenador de nueve dólares que incendió a Kickstarter. Tres meses después descubrimos a PICO-8, una consola virtual en la que cualquiera puede jugar y desarrollar sus propios proyectos. Hoy, ambos se fusionan bajo PocketCHIP, una pequeña pero poderosa consola basada en el hardware del CHIP original, con pantalla táctil de 4.3 pulgadas, y el sistema PICO-8 preinstalado.
Las consolas de videojuegos, sean portátiles o «estáticas», nos han brindado incontables horas de entretenimiento. No es necesario hablar de generaciones, de rendimiento gráfico, de controles o de conectividad. Lo que en verdad importa es nuestra relación con ellas, los títulos que hemos disfrutado solos o con amigos, y por supuesto, todos los buenos recuerdos. Sin embargo, una consola sólo puede «ser consola». Desde cierto punto de vista, una consola tradicional «reproduce», pero no nos permite «crear». Ahora, imagina una consola cuyo punto más fuerte es precisamente la creatividad. Una consola con un entorno en el que modificas sprites, cargas tus propios archivos de audio, configuras controles, y estudias los cambios sobre el hardware. Una mezcla entre consola portátil, kit de desarrollo, plataforma de programación, y un artefacto hecho por un científico loco. ¿La mejor parte? Esa mezcla existe, y se llama PocketCHIP.
Si el nombre resulta familiar, es porque sus creadores son los responsables del CHIP, miniordenador de nueve dólares cuya campaña en Kickstarter ya entregó más de 30 mil unidades, buena noticia si tenemos en cuenta lo que sucede con otros proyectos (aunque aún hay reclamos por entregas aisladas que no se hicieron). Técnicamente, el PocketCHIP era una de las «recompensas» superiores del CHIP. Por una suma adicional, los colaboradores no sólo obtenían el hardware original, sino también una pantalla táctil, un teclado (hasta cierto punto), batería y carcasa. En resumen, el PocketCHIP convierte al CHIP en portátil, pero otra de sus ventajas es que brinda acceso a PICO-8, que en un día normal cuesta 15 dólares por sí solo.
El precio del PocketCHIP sigue siendo el mismo que poseía en la campaña original de Kickstarter: 49 dólares. ¿Qué puedes hacer con él? Bueno, eso depende de ti. En el blog oficial, sus mentes maestras llegaron al extremo de cargar un emulador de Virtual Boy, y conectarlo a una especie de Google Cardboard para crear algo llamado «Pockulus». Sí, es básicamente una broma de April Fools’ que se volvió realidad. ¿Quieres un PocketCHIP? Entonces date prisa, porque no conservará ese precio por mucho tiempo.