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Plus-Energy House: Casa solar autónoma

La “Plus-Energy House” -un concepto desarrollado en la Universidad de Stuttgart- es tan eficiente que puede generar electricidad para su propio consumo, alimentar dos coches eléctricos y aún sobra un poco para venderle a la compañía local de electricidad, generándote ganancias. Desde ese punto de vista, la casa -tarde o temprano- se pagaría a si misma, quedándote gratis. ¿Se viene la era de las casas eléctricamente independientes?

La generación de energía eléctrica es en gran medida responsable de una buena parte del cambio climático. Convertir combustibles fósiles -generalmente carbón, y a veces derivados del petróleo- en electricidad implica la emisión de una enorme cantidad de gases de efecto invernadero. De alguna forma, lo que estamos haciendo al quemar esos elementos para generar el calor que luego se convertirá en electricidad no es otra cosa que devolver a la atmósfera los cientos de miles de millones de toneladas de carbono que los arboles -a lo largo de eras geológicas completas- se encargaron de convertir en carbón. Pero si se trata de un concepto tan simple que hasta un niño lo puede comprender, ¿como es que no hemos reemplazado esta práctica por los limpios, prácticos y bonitos paneles solares? La respuesta es lapidaria: se trata de una cuestión de dinero.

En efecto, la inversión necesaria para convertir una casa o planta fabril en una versión “verde” de si misma es tan grande que puede desalentar al más entusiasta defensor de la ecología. Sin embargo, parece que esa situación finalmente está cambiando. Un concepto puesto a punto en la Universidad de Stuttgart, denominado “Plus-Energy House” tiene el potencial de convertirse en el primer modelo de “casa solar” económicamente viable. La diferencia entre este proyecto y lo que normalmente hacemos cuando queremos proveer de electricidad fotovoltaica a una casa -limitarnos a poner algunos paneles solares en el techo y utilizar la energía que estos producen- radica en que la Plus-Energy House ha sido pensada desde sus cimientos para funcionar a partir de esta forma de generación de energía. Cuando uno convierte su casa de toda la vida en “solar”, en realidad está haciendo un injerto que -en gran medida- equivale a equipar con un motor a explosión una carreta diseñada para ser arrastrada por bueyes. Si bien hemos eliminado el problema de darle de comer a las bestias de tiro, el resto del vehículo no está pensado para funcionar con un motor, y su desempeño sigue siendo lastimoso.

Con una vivienda ocurre lo mismo. Cambiar la fuente de suministro eléctrico, dicen en Stuttgart, implica un rediseño total de la casa. Es por eso que la Plus-Energy House posee una mejor aislación térmica del exterior, un diseño que maximiza el aprovechamiento de la luz natural, y una serie de pequeños cambios que -en conjunto- hacen que la electricidad generada por los paneles fotovoltaicos que recubren sus paredes y techo alcance para mantener en funcionamiento todos los aparatos eléctricos de su interior. En realidad, es tan eficiente que consume bastante menos energía de la que puede recolectar del Sol, por lo que con el excedente es capaz de recargar las baterías de dos coches eléctricos y aún sobra lo suficiente como para que su dueño pueda venderle un poco a la compañía local de electricidad y ganar dinero. Si sumamos todos los ahorros producidos -el combustible necesario para hacer funcionar dos coches y la electricidad que normalmente se consume en un hogar- al dinero producido por la venta del excedente generado, el costo inicial de la casa, por grande que sea, tarde o temprano termina siendo amortizado totalmente y la casa resulta gratis. Y además, se evita la contaminación necesaria para generar la energía eléctrica de la casa y las emisiones de CO2 de dos coches.

Una versión completa de este edificio, cuya concepción es totalmente modular y permite ser desarmada para cambiarla de sitio con relativa facilidad, será construido en Berlín e inaugurado a mediados del 2011. Si en la práctica resulta tan eficiente como sus creadores creen, se convertirá en un modelo que muchas empresas querrán reproducir. Aunque su costo seguramente será mayor al de una vivienda convencional, muchos elegirán acceder a un préstamo bancario a -por ejemplo- 20 años y pagar las mensualidades del mismo con el ahorro producido por la casa. Pasado ese tiempo, vivirán en un sitio con energía gratuita y que además les genera dinero fresco todos los meses. ¿No es fantástico?

Escrito por Ariel Palazzesi

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