Durante los 90, el país del Sol Naciente alumbró una consola que hasta el día de hoy le ha dado siempre la sombra a los que vivimos fuera de las fronteras niponas, y mucho más a los que viven en el otro hemisferio. Creada por Bandai, la consola se llamó Playdia y fue conocida como la consola de los otakus ya que los juegos que reproducía eran películas interactivas donde las series de manga y anime mostraron sus lados ocultos junto a puzzles, adivinanzas y mucho contenido inédito hasta ese momento.
La consola de los Otakus
El mundo de los otakus japoneses (resalto el de los japoneses porque… bueno, es obvio) es un mundo diferente al de todos los demás fanáticos de las cuestiones más fanatizables que existen en la Tierra toda. Su devoción y admiración ante hasta los personajes más secundarios de las series que miran es gigantesca y no tiene parangón en cuanto a la persecución de cualquier imagen, objeto, sonido que esté relacionada con sus personajes favoritos y hasta físicamente idealizados. Creadores de gran parte de los mejores dibujos, wallpapers, remeras, cosplays, juegos, series amateurs, hentai e historias en cualquier tipo de formato que existen en la red, en 1994 los otakus japoneses también se han hecho de una consola que fue casi especialmente concebida para ellos.
Hablamos de Playdia, una consola fabricada por Bandai que tenía la función principal de reproducir películas interactivas con un sello bastante característico en el género y en el origen de los productos. Desarrollada por la compañía nipona y distribuida sólo fronteras adentro, la Playdia pasó desapercibida ante la presencia del resto del mundo –salvo a los otakus de tu localidad, que la deseaban en silencio mientras dibujaban los ojos de Vegeta apretando más fuerte el lápiz-.
Hardware de Playdia
A nivel hardware, la consola contaba con un procesador de 8 bits y tenía el formato CD como estándar de las películas interactivas de Bandai y asociados. Comercializada con un azul traful con base verde esmeralda, la consola iba a tono con los colores que mostraba y que podían controlarse a través de un mando o joystick inalámbrico que funcionaba gracias a infrarrojo, en un guiño ideal al consumidor como diciéndole “para que las veas desde la cama, amigo”.
Para los expertos, la lista de componentes de la Playdia es la siguiente:
- Sanyo Lc89515 – CD-ROM Host Interface
- Toshiba TA2035F – CD Focus tracking server
- Toshiba tc9263f – CD Single Chip processor
- Rohm 6398FP – 4 Channel BTL Driver for CD Player motor
- Toshiba TMP87C800F – 8 Bit Microcontroller (8K ROM, 16K RAM) – 8 MHz Operation, can access 64K (TLCS-870 series which is based heavily on the Z80)
- Sharp LH52B256 – 256K (32K x 8) Static RAM chip
- NEC μPD78214GC – 8 Bit Microcontroller (16K ROM, 512 byte RAM) – 12 MHz Operation, can access 1MB (NEC 78K series)
- Toshiba TC514256JAJ – 256K Word x 4 Fast Page DRAM Chip
- Asahi Kasei AK8000 – Audio / Video processor
- Philips DA8772AH – Triple 8Bit DAC converter
- Sony CX1229M – NTSC/PAL Decoder
- Rohm BA10324AF – Quad Op Amp
- Sanyo LC78835K – 18BIT DAC with filter
- Rohm BU3052BCF – Dual 4 Channel Analogue Multiplexer
Contenido de calidad, Otakus Felices
La población a la que estaba orientada la consola ya la descubrimos en mis anteriores comentarios generalizadores y estereotipadores de los otakus, pero Bandai (que desarrolló la consola usando el nombre clave BA-X) supo que con reproducir películas interactivas para otakus el negocio no le iba a ser del todo rentable en contraposición a otras alternativas que existían para visualizar estos vídeos (aunque no interactivos en el sentido que nos gusta).
Por eso, y al ser el único responsable de esta consola de la quinta generación y con un público muy pequeño y muy muy crítico por el conocimiento que tenían sobre cada serie y detalle, Bandai se ocupó de dar excelente contenido en forma de películas, tomando a las series clásicas como su base poderosa y ofreciendo también el acercamiento al público masivo de otras no tan endiosadas. La lista final no fue tan amplia como uno quisiera, pero lo que se vio hizo la diferencia.
En la reproducción estaba la acción, pero la interacción quedaba detrás del menú y con el control remoto en mano. Playdia ofrecía muchas adivinanzas y mini juegos que hacían de la reproducción misma toda una experiencia de entretenimiento única y que fueron los que levantaron las ventas en momentos de flaqueza de la consola. Mientras tanto, el resto de los mortales sólo podíamos jugar con el contraste, el volumen y la nitidez (nunca, nunca, nunca vi que cambiase algo en los televisores. Nunca.).
DBZ: La estrella de Playdia
Si paramos a un otaku japonés y le preguntamos cuál es la serie que menos contenido generó pero que más locura implicó, seguramente nos mirará a los ojos y nos dirá: ドラゴンボール. Con cara de sorprendi luego miraremos el diccionario para traducirlo como Dragon Ball Z. Uno de los motivos de esta locura fueron los finales ocultos de Dragon Ball Z, que no dejó a ninguno de los fanáticos de papá Tori (-yama). La película en cuestión es Dragon Ball Z Shin Saiyajin Zetsumesu Keikaku , que están basadas en el juego con el mismo nombre que salió para la consola Famicon y que todos recordamos por ser un RPG bastante complicadito de seguir (sobre todo si no sabías japonés).
En paralelo con el juego para la consola, dos OVAs (Original Video Animations) salieron al mercado para hacer las veces de tutorial o guía argumentativa de cómo se debía resolver el juego. Estas películas tenían su lado interactivo en los juegos-películas de Playdia, en los que tenías que resolver para qué lado iba la historia a través de decisiones que tomabas con tu control, como hacías en la Daphne que cubrimos hace muy poco tiempo y con el cual emulabas laserdisc. Como contenido dentro de estos juegos, Bandai se la jugó y metió varios finales alternativos para las historias que en otro momento, y en otro continente, ya dábamos por finalizadas.
También teníamos inéditos, como la siguiente intro para Dragon Ball Z Chikyuu Hen o el ending para Chô Genkidama con el que todos, todos, todos lloramos.
Playdia quedó en la historia no como las mejores ni las más vendidas consolas, pero su legado en los otakus de la tierra del Sol Naciente se recuerda para siempre y era tiempo de que algunos occidentales tuvieran la oportunidad de conocerla un poco y, si les interesa, buscar más información y videos al respecto. Para finalizar, nada mejor que un video de promoción de Playdia, al más estilo nipón.