Hoy en día, es normal ir al cine a ver una película en 3D. Desde que Pixar estrenó Toy Story en 1995, la primer película de animación, no han parado de salir películas de este estilo. Pero muy pocos saben que este proyecto comenzó hace 40 años atrás de la mano de Ed Catmull y Fred Parke cuando crearon la primer película con render 3D. ¿O sea que todos estábamos equivocados al creer que Toy Story fue la primera película en 3D? Sigue leyendo mejor.
¿Qué podemos decir acerca de las películas de Pixar? Con cada nueva entrega se van mejorando, ya sea visualmente como argumentalmente, volviéndose un éxito en las salas grandes. Y no es para menos, ya que detrás de todo esto se encuentra Edwin Catmull, el creador de la técnica del Z-Buffer. En 1972, Catmull creo lo que seria la primera película de la historia con render en 3D. Un vídeo de 6 minutos y medio nos muestra lo que fue el proyecto que Catmull y su compañero Fred Parke lograron crear:
El vídeo fue descubierto por un productor de Hollywood e incorporando una escena en el año 1976 en la película Futureworld. A simple vista no parece la gran cosa, pero muy pocos hubieran imaginado que un proyecto como éste revolucionaria la pantalla grande años siguientes. De hecho, las técnicas pioneras utilizadas en el video son la base de la visualización del 3D que hoy en día podemos ver en las películas y videojuegos.
En el video podemos ver la versión animada de la mano izquierda de Ed en una toma revolucionaria para la época y que a simple vistas nos recuerda una radiografía. El vídeo no termina ahí, sino que está acompañado de varias escenas sobre cómo hicieron la versión digitalizada de la misma, algo así como un detrás de cámaras moderno. Además de la mano del fundador de Pixar, en el vídeo podemos ver una serie de objetos, entre ellas un rostro, aunque con escasa definición producto del formato. Llama la atención la secuencia del tono, sin el sombrado suave que hoy en día está presente en las películas. La verdadera historia de lo que hoy tenemos en frente nunca se muestra tan evidente, y nada mejor que una demostración con profundidad de campo como para quitarle superficialidad al asunto.